En el tradicional rezo del Ángelus, el Papa Francisco, ahora el 21 de septiembre de 2014 y en el marco de su viaje apostólico a Albania, en la plaza madre Teresa, en Tirana, el Papa hizo el Ángelus haciendo referencia al encontrarse en un lugar conocido como una gran tierra de mártires.
El Papa habló de la importancia que tuvieron ellos a la fidelidad y sobre todo del amor a Dios, nunca vacilaron.
Lo que mencionó el Papa en el Ángelus fue el mensaje dirigido principalmente a los jóvenes, dijo que ellos deben seguir el ejemplo de sus antepasados y que deben olvidarse de la libertad individualista, del dinero y otras banalidades, que deben permanecer siempre firmes a Dios, y recordó el mensaje de San Juan: “Anda y en adelante no peques más”.
También el Papa habló que ellos son el futuro, la nueva generación de Albania y que darán una mejor patria.
Pidió por las familias, los niños y los ancianos que son la memoria viva del pueblo. Recordó que ahí la patrona de Albania, Nuestra Señora del Buen Consejo, debe siempre acompañarnos en todo momento.
Por último, el Papa dijo una frase que sin lugar a dudas quedará el corazón: “Juntos con Dios, hacia la esperanza que no defrauda”.
Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas:
Antes de que acabe esta celebración, me gustaría dirigir un saludo a todos ustedes, venidos de Albania y de otros países vecinos. Les agradezco su presencia y el testimonio que dan de su fe.
En especial, me dirijo a ustedes jóvenes. Dicen que Albania es el país más joven de Europa, y me dirijo a ustedes. Los invito a cimentar su existencia en Jesucristo, en Dios: quien pone su fundamento en Dios edifica sobre roca, porque Él siempre permanece fiel, incluso aunque nosotros seamos infieles (cf. 2 Tm 2,13).
Jesús nos conoce mejor que nadie; cuando nos equivocamos, no nos condena, sino que nos dice: «Anda, y en adelante no peques más» (Jn 8,11).
Queridos jóvenes, ustedes son la nueva generación, la nueva generación de Albania, el futuro de la patria. Con la fuerza del Evangelio y el ejemplo de sus antepasados y el ejemplo de los mártires, digan no a la idolatría del dinero –no a la idolatría del dinero–, no a la engañosa libertad individualista, no a las dependencias y a la violencia; y digan sí, en cambio, a la cultura del encuentro y de la solidaridad, sí a la belleza inseparable del bien y de la verdad; sí a la vida entregada con magnanimidad y fidelidad en las pequeñas cosas. Así construirán una Albania y un mundo mejor, siguiendo las huellas de sus antepasados.
Dirijámonos ahora a la Virgen Madre, que veneran sobre todo con el título de “Nuestra Señora del Buen Consejo”. Me acerco espiritualmente a su Santuario de Escútari, al que tanta devoción tienen, y pongo en sus manos toda la Iglesia en Albania y todo el pueblo albanés, particularmente las familias, los niños y los ancianos, que son la memoria viva del pueblo. La Virgen María los lleve, “juntos con Dios, hacia la esperanza que no defrauda”.
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