No se va… se queda en nuestros corazones
Nos entristece la partida de un hombre lleno de paz y amor que nos honró con su visita. Pero se queda, se queda su mensaje y su enseñanza, se queda su amor por los mexicanos por quienes prometió rezar. Ahora nos corresponde a nosotros trabajar en ese renacimiento moral para reconstruir ese México de paz que tanto anhelamos.