1) Para saber
El tiempo de Navidad concluye con la fiesta del Bautismo del Señor. Es tradición que en esa fiesta el papa bautice a algunos recién nacidos y este año no fue la excepción. En su homilía el papa Francisco se detuvo a considerar las palabras que Jesús le dijo a Juan el Bautista cuando este se resistía a bautizarlo: «Deja ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia» (cap 2, v. 15). Pero, ¿qué significa ‘Cumplir toda justicia’?
Hay que evitar tener una idea limitada de la justicia, y pensar que solo significa que el que se equivoca, la debe pagar. Jesús nos viene a desvelar que la justicia de Dios es mucho más grande y supera la justicia humana: no pretende la condena del culpable, sino su salvación y su regeneración, volverlo justo: de injusto a justo. Es una justicia que proviene del amor, de la compasión y misericordia que son el corazón mismo de Dios Padre que se compadece del hombre caído bajo el peso de sus pecados. La justicia de Dios consiste en hacernos justos a nosotros, sus hijos (cfr. Rm 3,22-31), liberándonos de las ataduras del mal, levantándonos.
En el Bautismo, Jesús nos revela el sentido de su misión: Él ha venido para llevar a cabo la justicia divina, es decir, para hacernos justos y así salvar a los pecadores; ha venido para tomar sobre sus hombros el pecado del mundo y la muerte. Él nos muestra que la verdadera justicia de Dios es la misericordia que salva.
2) Para pensar
“La Bella y la Bestia” es un cuento de hadas tradicional europeo con múltiples variantes. La escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve publicó el cuento en 1740, aunque investigadores datan su origen varios siglos antes. El cuento se ha popularizado al ser llevado a la pantalla varias veces. Como recordamos, trata sobre un príncipe apuesto que fue convertido en una horrible bestia por un hechizo, el cual sólo podría deshacerse cuando fuese amado. Conoce a Bella, una hermosa mujer de noble corazón, que acaba por amarlo, rompiéndose el hechizo y recuperando su figura humana. Y “se casaron y vivieron felices” …
Podemos decir que algo semejante nos sucede al ser bautizados. Siendo pecadores, Dios nos ama y ofrece ser bautizados, y entonces recuperamos la condición divina. Recordemos que el hombre fue creado por Dios “a su imagen y semejanza”, pero al pecar se desfiguró. Pero gracias a la redención que nos ganó Jesucristo, en el bautismo recuperamos la imagen divina, somos “justificados”, es decir, nos convertimos en “justos”, por la misericordia de Dios.
3) Para vivir
San Pablo nos recuerda que aun siendo pecadores, Dios nos demuestra su amor, al morir Cristo por amor a nosotros (cfr. Rom 5,8). El papa Francisco nos llama a imitar el amor de Dios y amar a los demás aunque creamos que no son dignos. En vez de chismorrear y destruir, dice el papa, mirémonos con compasión, ayudándonos mutuamente.
El papa Francisco invita a celebrar la fecha en que fuimos bautizados y nos hicimos cristianos. Si no sabemos la fecha de nuestro Bautismo, nos sugiere preguntarle a los padres, familiares o padrinos, para que luego cada año lo celebremos como nuestro cumpleaños, pues ciertamente fue nuestro nacimiento a la fe, a la vida de la gracia.
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