Nuevo documento papal. “C’est la confiance”

1)  Para saber

«La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al Amor». Con estas palabras de Santa Teresita del Niño Jesús, comienza el nuevo documento del Papa Francisco, el cual tituló su Exhortación Apostólica con sus primeras palabras: “Es la confianza” (“C’est la confiance”).

Afirma el Papa que estas palabras tan contundentes de santa Teresita resumen la genialidad de su espiritualidad y bastarían para justificar que se la haya declarado doctora de la Iglesia. Ante el Amor infinito de Dios podemos responderle con nuestra confianza, que también conlleva nuestro amor. Podemos decir que al confiar le abrimos las puertas a la luz de Dios y todo nuestro ser queda iluminado, y podemos, a la vez, iluminar a los demás.

Santa Teresita es una de las santas más conocidas y queridas en todo el mundo. Es amada y reconocida incluso por no cristianos y no creyentes. Por ejemplo, la UNESCO la ha reconocido e inscrito entre las personalidades más significativas para la humanidad contemporánea, para ser homenajeada durante el bienio 2022-2023, con motivo del 150º aniversario de su nacimiento. También este año se cumple un centenario de su beatificación.

2)  Para pensar

Se cuenta que una noche una casa comenzó a incendiarse. La familia salió de la casa, pero en el segundo piso uno de los hijos se quedó atrapado. Se asomó a la ventana y abajo estaba su padre. Las llamas impedían que saliera por la puerta. Su padre, viendo que rápidamente avanzaba el fuego se paró abajo, extendió sus brazos, y le gritaba a su hijo que saltara. El niño estaba atemorizado. El padre continuaba gritándole: «¡Hijo, salta por favor! ¡Yo te recibiré en mis brazos!». El padre sabía que su hijo debía saltar para salvar su vida, pero el niño sólo podía ver fuego y humo. Él niño finalmente gritó: «¡Papá, no puedo verte!». El padre entonces le respondió: «Pero yo sí puedo verte, y eso es todo lo que importa». El niño saltó y fue salvado.

Algo semejante nos dice Dios: “Tú no puedes verme, pero yo sí te veo, y eso es lo que importa realmente”. Pensemos si le tenemos a Dios la confianza que un niño tiene con su padre.

3)  Para vivir

Un misionero en África quiso traducir el evangelio de San Juan a la lengua de la tribu que atendía. Se encontró con el escollo de traducir la palabra «Creo», ya que no había una palabra equivalente en esa lengua. Acudió a uno de los cristianos más antiguos, y aquel hombre le dijo: «la traducimos con la frase «Oigo en mi corazón». El misionero comprendió que los fieles habían comprendido con profundidad lo que es creer: escuchar en lo hondo la voz de Dios.

Es la confianza la que nos sostiene cada día y la que nos mantendrá de pie ante la mirada del Señor cuando nos llame junto a Él. A Santa Teresita no le quitaba la paz ver sus debilidades y miserias, pues confiaba plenamente en el Amor de Dios. Así escribía sobre el momento en que se presentaría ante el Señor en el momento de su muerte: «En la tarde de esta vida, compareceré delante de ti con las manos vacías, pues no te pido, Señor, que lleves cuenta de mis obras. Todas nuestras justicias tienen manchas a tus ojos. Por eso, yo quiero revestirme de tu propia Justicia y recibir de tu Amor la posesión eterna de Ti mismo».

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