Al inicio de la Cuaresma. La “Experiencia del desierto”
El viaje de la cuaresma es un éxodo: así como el pueblo judío pasó de la esclavitud a la libertad, nosotros debemos recuperar la libertad dejando la soberbia y falsedad.
El viaje de la cuaresma es un éxodo: así como el pueblo judío pasó de la esclavitud a la libertad, nosotros debemos recuperar la libertad dejando la soberbia y falsedad.
La ceniza nos recuerda la caducidad de nuestra vida, la fugacidad de todas las cosas materiales, la banalidad de tantas inquietudes que agitan nuestro corazón.
Como maestro fue ejemplar no solamente en una cátedra que desempeñaba con amenidad y elocuencia, sino también como fraternal consejero de sus alumnos.
Las alegrías se convierten en motivo de alabanza y toda prueba es ocasión para pedir ayuda. Todo pensamiento puede convertirse en oración.
En el pasado, la Cuaresma era el inicio de 40 días de ayuno, penitencia y oración.
La cuaresma es un tiempo especial donde la misericordia de Dios derrama gracias, para los cristianos es preparación para celebrar la resurrección de Jesucristo.
Debido a la pandemia, este miércoles de ceniza es muy especial, ya que es la primera vez que la viviremos en familia y con las restricciones correspondientes.
El amor y la amistad son realidades que convierten en maravillosa la vida, pero ninguna de las dos es individualista y egoísta.
Jesucristo mismo instituyó los sacramentos para unirse amorosamente con nosotros en la liturgia.
Los obispos hubieran querido que el papa Francisco le hubiera jalado fuertemente las orejas al presidente Biden en vez de felicitarlo por ganar la presidencia.
La peor secuela de la pandemia será tener mucho miedo, ansiedad, depresión, angustia, rencor, rabia, furia y mucha incertidumbre.
El ateísmo es una de las corrientes que se incrementa y está conformada por ateos, pero también de quienes la interrogante religiosa no es importante.