Ante el juicio del Señor, oremos por los agonizantes
En el proceso de la vida personal, el momento más crítico para enfrentar el juicio de Dios es sin duda el de la muerte.
En el proceso de la vida personal, el momento más crítico para enfrentar el juicio de Dios es sin duda el de la muerte.
En la vida espiritual esa fuerza vital es el amor por Cristo y en Cristo. Eso supera todas las enfermedades espirituales y, al final, también la muerte.
A veces la pereza es un peligroso enemigo, pues es más fácil y cómodo creer lo que dicen otros sin comprobarlo.
El papa nos recuerda la grandeza de la razón humana y nos invita a utilizarla para descifrar el mundo que nos rodea.
El amor de Dios es infinitamente superior a nuestros pensamientos e imaginaciones. Nuestros pensamientos son limitados y Dios es infinito.
En sus reflexiones sobre la pasión por evangelizar, el papa Francisco lo hizo sobre santa Teresita del Niño Jesús, pues es patrona universal de las misiones.
Porque se puede saber el “Credo” de memoria, pero si nuestra vida no es coherente con lo que profesamos no sirve de nada.
El amor es lo primero y sin el amor en el centro, todo lo demás es vano.
Si no sabemos a dónde llegar, nuestros pasos serán inciertos, nuestra vida va a la deriva, sin rumbo.
Lamentablemente, son muchos los católicos que ignoran que el mes de junio está dedicado a la bella y sagrada devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Abramos nuestro corazón para que Jesús actúe en él. Porque si no le damos permiso, no puede regalarnos sus dones. Él respeta nuestra libertad.
Para el papa Francisco, la familia es el principal antídoto contra la pobreza, material y espiritual.