¡Buenas noticias!

La intención de Francisco es encomendar a María santísima “los sufrimientos y las alegrías de los pueblos de todo el Continente Americano”, y pedirle, “de una manera fuerte”, “que la dulzura de su mirada nos acompañe en este Año Santo para que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios”, y este año jubilar “sea una siembra de amor misericordioso en el corazón de las personas, de las familias y de las naciones”.

Luego de esta noticia, el Episcopado Mexicano manifestó su gran alegría y esperanza de esta decisión y afirmó que la visita del Santo Padre es a la República mexicana, por lo que las sedes en las que se llevará a cabo –la Arquidiócesis Primada de México, la diócesis de Ecatepec, la diócesis de San Cristóbal de las Casas, la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, la Arquidiócesis de Morelia y la Diócesis de Ciudad Juárez– tendrán la gracia de ser anfitrionas del Papa, así como de los laicos, laicas, consagrados, consagradas, clérigos y todas las personas de buena voluntad que llegarán en representación de las diferentes diócesis y regiones del país.

“Estamos seguros –dicen los obispos en su comunicado– que la presencia del Santo Padre nos confirmará en la fe, la esperanza y la caridad ayudará a la Iglesia a seguir adelante en la Misión Permanente y alentará a creyentes y no creyentes a comprometernos en la construcción de un México justo, solidario, reconciliado y en paz que haga posible a todos un desarrollo integral, respetuoso del medio ambiente”.

A fin de contribuir a ello, la Conferencia del Episcopado Mexicano ha puesto al servicio de todos el sitio web oficial: www.papafranciscoenmexico.org y las redes sociales: @ConElPapa en Twitter, Con el Papa en México en YouTube, ConElPapa en Facebook, Instagram y Snapchat, donde será posible encontrar catequesis, subsidios e información relevante en torno a esta histórica visita, la primera de un Papa latinoamericano a México, que viene como misionero de misericordia y paz.

La preparación de la visita papal se da en un marco muy importante: el Adviento, que nos dispone en esta última parte, a celebrar la Navidad, es decir, que el Hijo de Dios, creador de todas las cosas, se encarnó por obra del Espíritu Santo y nació de la Virgen María en Belén para rescatarnos del pecado y darnos su Espíritu de Amor y así hacernos hijos de Dios, partícipes de su vida plena y eterna que consiste en amar.

Preparémonos a este gran acontecimiento, aceptando entrar en la dinámica del amor, proponiéndonos cada día unirnos a Dios y ser felices haciendo felices a los demás. Que al contemplar el nacimiento aprendamos de Jesús y de la más perfecta de sus discípulas: su Madre santísima, que por voluntad suya es también Madre nuestra.

 

* Obispo auxiliar de Puebla y secretario general de la CEM

 

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