1) Para saber
Hace pocos días, como es tradición el día de la fiesta litúrgica del Bautismo del Señor, el Papa bautizó a varios bebés. En concreto, fueron en esta ocasión 34 recién nacidos.
En su homilía el Papa Francisco se dirigió a los papás de los niños: “vosotros traéis a vuestros niños al Bautismo, es el primer paso del deber que tenéis, el deber de la transmisión de la fe”.
Pero es preciso dar los siguientes pasos. Para ello les hizo una observación: “Quisiera deciros solo una cosa, la transmisión de la fe solo se puede hacer “en dialecto”, en el dialecto de la familia, en el dialecto del papá y de la mamá, del abuelo y de la abuela… después los catequistas explicarán la fe, pero no os olvidéis: se hace “en dialecto”, y si en casa no se habla este lenguaje del amor entre los padres, la transmisión no es fácil, no podrá hacerse. Vuestro deber es transmitir la fe pero hacerlo por el dialecto del amor en vuestro hogar”.
2) Para pensar
El P. Patricio Hileman es encargado de formar capillas de Adoración Perpetua en Latinoamérica y compartió el conmovedor testimonio de Diego, un niño mexicano de 8 años cuya fe en Jesús Sacramentado transformó la realidad de su familia marcada por problemas de maltrato, alcoholismo y pobreza.
La historia ocurrió en Mérida, México, donde el niño Diego escuchó “que si se apuntan en la madrugada, Jesús los va a bendecir cien veces más”. Entonces el niño decidió apuntarse a las 3:00 a.m. y le dijo a su madre, que lo haría porque “quiero que papá deje de tomar, deje de pegarte y dejemos de ser pobres”.
Durante la primera semana la mamá lo acompañó, y en la segunda invitó a su papá. “Al mes de ir, el papá dejó de tomar, dejó de pelearse con la mamá y dejaron de ser pobres. Por la fe de un pequeñito de 8 años toda la familia se sanó”, afirmó el p. Patricio.
Recordó también que “San Juan Pablo II hacía 6 horas de adoración por día, sus documentos los escribía con el Santísimo expuesto y una vez por semana pasaba toda la noche en adoración. Ese es el secreto de los santos, ese es el secreto de la Iglesia: estar centrados y unidos a Cristo”.
3) Para vivir
Ese “dialecto” familiar del que habla el Papa es importante, porque para transmitir la fe, no bastan las palabras, las ideas, sino se precisa que vayan acompañadas de la misma fe. Si una persona habla de Dios con fe, lo hará también con amor. Así como hay gran diferencia entre hablar de un personaje de la historia, o hablar del propio padre o madre. Además, ese “dialecto” a veces no será con palabras, sino con el ejemplo, al ver cómo viven su fe.
Decía el Papa que los niños también tienen su “dialecto”: “¡Ahora están todos en silencio, pero es suficiente que uno de ellos dé tono y toda la orquesta seguirá! ¡El dialecto de los niños! Y Jesús nos aconseja que seamos como ellos, que hablemos como ellos… Y en vuestras oraciones, sed sencillos como ellos, decid a Jesús lo que os viene al corazón como lo hacen ellos”. Podemos proponernos en nuestro trato con el Señor ser más sencillos y sinceros.
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