Demóstenes y su caro silencio. La corrupción se puede y debe evitar

1)   Para saber

Después de su visita a Chile y Perú, de regreso a Roma, el Santo Padre respondió a varias preguntas durante el vuelo. Una periodista de Perú quiso saber la opinión del Papa sobre los actos de corrupción de la clase política de su país que ha defraudado al pueblo.

El Papa Francisco respondió que la corrupción es como esos pantanos o arenas movedizas, en que uno pisa y se va adentro y mientras más se mueve uno, más se hunde. Es la destrucción de la persona humana.

El Pontífice agregó que la corrupción va viciando el alma y el cuerpo; y un corrupto está tan seguro de sí mismo que no puede volver atrás. La corrupción se puede dar no solo en la política, sino también en las empresas, cuando se paga la mitad a sus obreros, o en el hogar cuando se explota a quienes ayudan, incluso en la misma Iglesia. Por ello hay que estar alerta. 

2)   Para pensar

La corrupción política no es exclusiva de un país. Ya en la antigua Grecia y Roma se legisló contra ella, aunque sin mucho éxito. El autor Aulo Gelio, en el libro XI de “Noches Áticas”, ofrece un famoso ejemplo de corrupción que se le adjudica al gran Demóstenes, el duro nacionalista ateniense que se opuso al avance de Filipo con sus famosos y duros discursos que precisamente se llaman “Filípicas”.

Demóstenes, que fue siempre coherente en la defensa de Atenas frente al macedonio, cedió a veces en su labor como abogado al mejor pagador.

Relata que llegaron a Atenas unos embajadores de Mileto por un asunto de estado, se diría que para pedir ayuda. Una vez que los abogados milesios hablaron a favor de la ayuda, Demóstenes respondió con dureza a las peticiones de los milesios, planteando que no eran dignos de ayuda. El asunto se pospuso para el día siguiente.

Los embajadores acudieron esa noche a la casa de Demóstenes y le rogaron con gran insistencia que no hablase en contra. Entonces Demóstenes les pidió dinero por su silencio y recibió cuanto había pedido. Al día siguiente, cuando el asunto comenzó a tratarse de nuevo, Demóstenes se presentó ante el pueblo con el cuello y la garganta tapados con una gran bufanda alrededor y dijo que padecía de “anginas” y que por eso no podía hablar contra los milesios. Entonces uno del pueblo gritó que lo que Demóstenes padecía no era de “anginas”, sino de “argentina” (“argentina” en griego es palabra derivada de “plata”, o sea, dinero). Fue como decirle que no es que no pudiera hablar debido a las anginas, sino debido a tener tapada la boca con la plata del soborno.

3)   Para vivir

Muchos corruptos quizás comenzaron con una pequeña cosa, el comerciante comenzó por dar 900 gramos en vez del kilo o menos de un litro de gasolina, el niño que hace trampa… se piensa que es poca cosa y, poco a poco, se cae en el pecado, se cae en la corrupción, advirtió el Papa.

Concluyó el Papa denunciando que la corrupción hace mucho mal a nuestros pueblos, es un «virus» social, un fenómeno que lo infecta todo: “Lo que se haga para luchar contra este flagelo social merece la mayor de las ponderaciones y ayuda… y esta lucha nos compete a todos. Nadie puede resultar ajeno a este proceso; la corrupción es evitable y exige el compromiso de todos”.

 

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