Parece que la humanidad cada día se ve más agobiada por un ser malévolo que es el demonio y por una actitud de indiferencia de algunas personas.
El demonio, especialmente en este Año de Gracia de la Misericordia Divina, está desquiciado y odiando todo aquello que se refiera a Dios.
Los seguidores y adoradores de Satanás buscan blasfemar contra Dios, y su principal arma son los medios actuales de comunicación, llámense principalmente las redes sociales, la televisión con una multitud de canales y el cine.
Curiosamente, en estos últimos días de enero previos a la visita del Papa Francisco, quien es el Vicario de Cristo, se proyectarán una serie de 12 episodios que atentan contra la fe de los creyentes, sea cual fuese su religión, y en especial, aunque tan sólo se deje entrever, es un ataque directo contra la verdadera Iglesia que Cristo fundó, que es la Iglesia Católica.
Sus creadores afirman que buscan ayudar a evitar un pernicioso fanatismo que surge de las sectas, y paradójicamente diluyen este mensaje con una historia de vida y amistad. Justifican la producción diciendo que “la historia es muy inteligente y tiene sus momentos de humor muy bien logrados, además de acción y romance“. Todos estos elementos sumados con el tema de Dios y sus orígenes y el fanatismo, son cuestiones profundas que se integran para contar esta historia’. Realmente Dios INC. no pretende ofender a nadie, no ataca ninguna religión en especial.
Sin duda, continúan diciendo ellos, se eligió un tema que causará que más de uno se escandalice, pero es de aplaudir que se tomen riesgos y se ofrezca televisión de calidad, con contenidos que reten tanto a los que la crean como a la audiencia.
¿Cuál es el propósito de estas personas de sembrar la duda de si Dios existe? La respuesta es clara: Hacer que a los indiferentes se les agudice esta actitud y a algunos creyentes de fe débil se les siembre la duda.
Es ofensivo a la razón pretender hacer creer a algunas o muchas personas que Dios es utilizado por algunos como un instrumento para hacer negocio.
El becerro de oro, que es la producción televisiva “Dios Inc.”, en definitiva sí es un negocio, que busca a toda costa, en primer lugar, desviar a las almas piadosas, pero poco practicantes de su fe, de la vivencia de la Santa Misa o de la oración frecuente.
Nuestro Dios verdadero, que se nos ha manifestado como La Santísima Trinidad, es un Padre providencial que nunca nos abandona y que por su infinita Misericordia, siempre nos perdona, pero con la condición de proponernos no estar cayendo frecuentemente en pecado mortal.
Necesitamos orar con más intensidad por que Dios sea adorado, pues aunque ciertamente hay fanatismo en algunos católicos, es porque no son practicantes y buscan la ayuda de la Santísima Virgen de Guadalupe o de algún santo únicamente cuando tienen alguna enfermedad o necesidad.
La verdadera ayuda nos viene de Dios cuando cambiamos nuestra manera de ser y nos volvemos de cara a Él con un corazón arrepentido, a continuar en nuestras labores diarias agradeciéndole por la vida que nos concede cada día y por la oportunidad de servir a los demás.
Oremos, sí, en especial por el Santo Padre Francisco, por nosotros y nuestras familias, pero no olvidemos hacerlo también por nuestros enemigos, que son todos aquellos que repudian a Dios con producciones como la mencionada anteriormente.
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