1) Para saber
El Papa Francisco, continuando con el comentario al Himno de la Caridad de San Pablo, señala que al decir que el “amor no es arrogante”, literalmente el término en griego significa “que no se agranda” ante los demás. Es decir, que el amor nunca lleva a sentirse más de lo que uno es, uno no se siente más inteligente, o más fuerte, o más bueno.
En la convivencia familiar, y también en otros ámbitos, es común que por orgullo se intente sobresalir y ponerse por encima de los demás. Sucede entonces que se exagera la propia realidad, o incluso se mienta, a fin de sobreponerse. Pero si nos agrandamos, ya no estamos en la verdad, la distorsionamos movidos por la soberbia. Por ello todos los santos nos enseñan a ser humildes, aceptando nuestra condición.
Por ello decía San Agustín que “la soberbia no es grandeza, sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano”.
2) Para pensar
Una de las obras maestras que son consideradas Patrimonio Cultural de la Humanidad, son las pinturas de la Capilla Sixtina, obra genial del pintor Miguel Ángel. Se trata de una serie magnífica de frescos que relatan la Creación y el Juicio Final, adornando la bóveda. Las complicadas formas curvas del techo le supusieron a Miguel Ángel una dificultad a la hora de realizar esta obra artística.
Sin embargo, esta grandiosa obra estuvo a punto de convertirse en un trabajo vulgar. El papa Julio II, persona entendida en arte y defensor de artistas, le propuso a Miguel Ángel que pintara en ese espacio tan sólo las figuras de los Doce Apóstoles.
Al genio de Miguel Ángel le pareció un proyecto muy simple, y respondió al Papa: “Si hacemos eso, el efecto será muy pobre”.
-¿Por qué? -preguntó el Papa.
-Porque los apóstoles eran gente muy rústica, cuidaban muy poco su persona y no nos darán buenas imágenes…
Julio II, riéndose ante esta respuesta, dejó en libertad al artista para que pintara lo que su imaginación creadora y sus conocimientos de pintor le inspiraran… Y Miguel Ángel creó una obra inmortal.
Llama la atención la humildad de Julio II. Este Papa entendía de pintura, ayudó a muchos artistas y, tal como era costumbre, lo normal era ordenar que se realizara su proyecto. Sin embargo, no obstante ser de carácter muy fuerte, al reconocer con humildad que tenía ante él a un genio de la pintura, hizo posible que Miguel Ángel diera vida a algo genial.
A veces podemos olvidar que es señal de humildad escuchar a los demás, intercambiar opiniones y dialogar. Y siempre dispuestos a cambiar de opinión si no tenemos razón. Sobre todo, si tratamos de un tema en el que nuestro interlocutor sabe más que nosotros.
3) Para vivir
Dice el Papa Francisco que lo que realmente “nos hace grandes es el amor que comprende, cuida, protege al débil”. Por ello, es imprescindible la humildad para el amor, porque para poder comprender, disculpar o servir a los demás de corazón, es indispensable sanar el orgullo.
No hemos de permitir que el orgullo nos domine y provoque estar siempre por encima de los otros. Que no suceda lo que cuentan de una señora, que pasada en quilos, le rogaba al Señor: “Si no puedes bajarme de peso, entonces por lo menos haz que mis amigas pesen más que yo”.
@voxfides
comentarios@yoinfluyo.com