1) Para saber
En su reciente viaje a México, el Papa Francisco sostuvo un encuentro emotivo con los jóvenes en la ciudad de Morelia. Ahí una joven sinaloense llamada Daniela le agradeció al Santo Padre su presencia y también hizo una profunda reflexión sobre la esperanza, diciéndole que muchos les dicen a los jóvenes “Ustedes son la Esperanza para un mundo mejor”, pero, “¿y quién nos da esperanza a nosotros? ¿De dónde agarrarnos para tener esperanza?”
Terminó Daniela diciéndole que en él vemos el Rostro de Cristo, el Cristo cercano a los más necesitados, el rostro de la Esperanza que tanto necesitamos, y le pidió que fortaleciera nuestra esperanza.
2) Para pensar
El Papa Francisco le respondió a Daniela, y en ella a todos nosotros, que si se puede hablar de esperanza, es porque en la base de todo está Jesucristo: “Cuando todo parezca pesado, cuando parezca que se nos viene el mundo encima, abracen su cruz, abrácenlo a Él y, por favor, nunca se suelten de su mano, aunque los esté llevando adelante arrastrando; y, si se caen una vez, déjense levantar por Él”.
Luego les recordó una canción que con frecuencia se las dice a los jóvenes. Es una canción que suelen cantar los alpinistas mientras ascienden y que dice: «En el arte de ascender, el triunfo no está en no caer, sino en no permanecer caído».
Y se preguntaba el Papa: “¿Quién es el único que te puede agarrar de la mano para que no permanezcas caído?: Jesucristo, el único. Jesucristo que, a veces, te manda un hermano para que te hable y te ayude. No escondas tu mano cuando estás caído, no le digas: «No me mires que estoy embarrado o embarrada. No me mires que ya no tengo remedio». Solamente, déjate agarrar la mano y agárrate a esa mano, y la riqueza que tienes adentro, sucia, embarrada, dada por perdida, va a empezar, a través de la esperanza, a dar su fruto. Pero siempre agarrado de la mano de Jesucristo. Ese es el camino, no se olviden: «En el arte de ascender, el triunfo no está en no caer, sino en no permanecer caído». No se permitan permanecer caídos ¡Nunca! ¿De acuerdo?”
Un público entusiasmado asintió a las palabras del Papa.
3) Para vivir
El Papa invitó a ofrecer la ayuda a quienes encontremos caídos: “Si ven un amigo o una amiga que se pegó un resbalón en la vida y se cayó, anda y ofrécele la mano, pero ofrécesela con dignidad. Ponte al lado de él, al lado de ella, escúchalo, no le digas: «Te traigo la receta». No, como amigo, despacito, dale fuerza con tus palabras, dale fuerza con la escucha, esa medicina que se va olvidando: la «escuchoterapia». Déjalo hablar, déjalo que te cuente, y entonces, poquito a poco, te va a ir extendiendo la mano, y tú lo vas a ayudar en nombre de Jesucristo. Pero si vas de golpe y le empiezas a predicar, y a darle y a darle, pues, pobrecito, lo vas a dejar peor que como estaba. ¿Está claro?”
Todos en el estadio respondieron con un fuerte «Sí», dispuestos a salir al encuentro de los necesitados.
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