1) Para saber
El Papa Francisco ha ido visitando las parroquias de Roma y ha preferido ir a las periferias de la ciudad. Cuando acudió a una dedicada a Santa María del Redentor, tuvo oportunidad de hablar con los enfermos, a quienes llevó una palabra de esperanza: “Les doy las gracias por vuestra sonrisa”, les dijo el Papa. “El Señor los quiere mucho, está cerca suyo”, añadió.
Les recordó que “el Señor nunca nos abandona, ni siquiera en los momentos feos”, y pidió tener confianza en Él también en esos momentos en los que “llega un poco de nostalgia, un poco de tristeza, las lágrimas nos caen, el llanto… pero digamos: ‘Señor, sé que Tú estás aquí’. Él vivió un momento feo en la cruz ¿lo recuerdan? Él ha sido el primero en abrirnos camino a todos. Y por eso sabe qué es el dolor, la tristeza, estar solos, y tantas otras cosas…”. Además, “con el Señor está nuestra madre; las madres nunca dejan solos a los hijos, y la Virgen es nuestra madre”.
2) Para pensar
En su encuentro con los niños y los jóvenes le hicieron algunas preguntas. Uno le hizo una pregunta interesante y que suele hacerse la gente: “¿Por qué si Dios es bueno existe el infierno”.
El Papa respondió que “Dios perdona todo, pero un ángel muy orgulloso, muy orgulloso, que era muy inteligente, y tenía envidia de Dios, ¿entienden? Quería ser Dios. Y Dios quiso perdonarlo, pero él decía: «Yo no tengo necesidad de perdón, ¡me basto a mí mismo!»’”.
Por tanto, “al infierno no te mandan: si vas es porque lo eliges tú. El infierno es querer alejarse de Dios porque no se quiere el amor de Dios, ni nunca más tener relación con Dios”.
El Papa no dejó de subrayar la misericordia de Dios que quiere salvar a todos. Si un pecador tremendo, con todos los pecados del mundo, lo condenan a la pena de muerte, y en el momento de ir allí, a la pena de muerte, cuando a punto de morir, mira al Cielo y dice arrepentido: “¡Señor!” ¿A dónde va: al Cielo o al infierno? Al Cielo, dijo el Papa.
La prueba la tenemos en el ladrón que crucificaron junto a Jesús. Era un ladrón, pero un ladrón de aquellos… Éste no creía a Jesús; soportaba los dolores hasta la muerte. Pero en un momento, algo se movió en su interior y dijo: ‘Señor, ¡ten piedad de mí!’. ¿Y qué dijo Jesús? «Hoy estarás conmigo en el Paraíso»”.
Así que “va al infierno solamente aquél que dice a Dios: ‘No te necesito, me arreglo yo sólo’, como ha hecho el diablo, que es el único del que estamos seguros que está en el infierno”.
3) Para vivir
También le preguntaron sobre cómo vivir de manera adecuada la moral cristiana. Francisco dijo que “vivir moralmente es una gracia, es una respuesta al amor que Él te da primero”.
La vida moral no se trata de ‘hacer esto’, y ‘no hacer lo otro’. Eso sería una filosofía moral, pero no es cristiano. Cristiano es el amor de Jesús que nos ama primero y nosotros le correspondemos.
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