El poder del Rosario. El Milagro de Hiroshima

1) Para saber

Octubre es el mes dedicado por la Iglesia al rezo del rosario. Por ello el Papa Francisco recordó la petición de la Virgen María en Fátima: “Querría que en cada país se rezara con el rosario”. Este año se cumplen los 100 años de las apariciones de Fátima, y en cada una, la Virgen pedía que se rezara el rosario.

2) Para pensar

La poderosa intercesión de la Santísima Virgen María a través del rosario quedó de manifestó en uno de los episodios más dramáticos de la historia: la explosión de la bomba atómica sobre Hiroshima. Fue el 6 de agosto de 1945. Murieron más de 75,000 personas y otras tantas quedaron heridas y luego murieron por la radiación. Las casas en un radio de 2.5 Km del epicentro fueron destruidas. Quienes estaban dentro quedaron enterrados en las ruinas y los que estaban fuera fueron quemados.

Muy cerca de donde cayó la bomba, se encontraban cuatro sacerdotes que sobrevivieron a la catástrofe. Eran misioneros alemanes jesuitas sirviendo al pueblo japonés. Su residencia quedó en pie. No tuvieron efectos posteriores por la radiación, ni pérdida del oído, ni ningún otro efecto. Esta historia está documentada por historiadores y médicos y se conoce como el Milagro de Hiroshima. 

Los jesuitas eran: Hugo Lassalle, superior en Japón, Hubert Schiffer, Wilhelm Kleinsorge y Hubert Cieslik.

Los médicos que les atendieron tiempo después les advirtieron que la radiación les produciría lesiones graves, así como enfermedades e incluso una muerte prematura, pero el pronóstico nunca se cumplió. No desarrollaron ningún trastorno y en 1976, 31 años después del lanzamiento de la bomba, el P. Schiffer acudió al Congreso Eucarístico de Filadelfia, confirmando que los cuatro jesuitas estaban aún vivos y sin ninguna dolencia. Fueron examinados por decenas de doctores unas 200 veces a lo largo de los años posteriores, sin que se hallase en sus cuerpos rastro alguno de la radiación.

Los cuatro religiosos nunca dudaron de que habían gozado de la protección divina, y en particular de la Virgen: “Vivíamos el mensaje de Fátima y rezábamos juntos el Rosario todos los días”, explicaron.

El Padre Schiffer fue examinado e interrogado por más de 200 científicos que fueron incapaces de explicar como él y sus compañeros habían sobrevivido. Él lo atribuyó a la protección de la Virgen María y dijo: “Yo estaba en medio de la explosión atómica… y estoy aquí todavía, vivo y a salvo”. Explicó que en esa casa hubo una sola cosa diferente: “Rezábamos el rosario diariamente en esa casa”.

En la otra ciudad devastada por la bomba atómica, Nagasaki, San Maximiliano Kolbe había establecido un convento franciscano que también quedó intacto, los hermanos protegidos gracias a la protección de la Virgen. Allí ellos también rezaban diariamente el santo rosario.

3) Para vivir

El Papa nos invita: “Recemos juntos por la Iglesia, por la Sede de Pedro y por las intenciones de todo el mundo. Pidamos perdón por los pecados. Recemos por la conversión de los escépticos, por todos los que niegan a Dios y por las almas del purgatorio. ¡A todos vosotros que rezáis el Rosario, os bendigo de corazón!”.

 

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