En el mes de junio se celebra al Sagrado Corazón de Jesús cuya devoción viene desde los primeros días del cristianismo. Desde que Jesús es Crucificado y traspasado su corazón con una lanza después de lo cual sale sangre y agua, dice la escritura que derrama toda la sangre y ya no habiendo más, derrama hasta lo último del agua que queda en el organismo, representando que Jesús se da todo, por nosotros.
El corazón para el ser humano, es el órgano vital por lo tanto es muy importante o el más importante y desde épocas que de las que no se tiene memoria se ha utilizado como representación del amor o del amor en forma superlativa, incluso se le suele usar en el lenguaje como representación de lo más íntimo de una persona al expresar que algo surge desde el corazón, o bien como el órgano donde está lo más puro de nuestros sentimientos como cuando se dice que se quiere a alguien con todo el corazón.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es una forma muy humana de considerar el gran Amor que nos tiene Jesús. Realmente es una devoción a Jesús y a su gran amor que Él nos tiene y que le hizo sufrir y entregarse por completo por toda la humanidad.
En México, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús fue difundida, principalmente por la Compañía de Jesús al igual que la devoción a Nuestra Señora de Guadalupe fue promovida por los mismos Jesuitas difundiendo estas devociones hasta el S XX mediante la entronización del Sagrado Corazón de Jesús y de Santa María de Guadalupe en los hogares. Para hacer la entronización se pedía a la familia que consiguiera una imagen del Sagrado Corazón de Jesús y una de la Virgen de Guadalupe, de preferencia del mismo tamaño y con marco, para que en una pequeña ceremonia presidida por un sacerdote Jesuita eran colocadas las imágenes en algún lugar privilegiado de la casa comprometiéndose la familia a tener presente siempre a Jesús y a María en su vida.
A principios del siglo XX, en 1912 el P. Bernardo Bergöend, S. J. fundó la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM) en Guadalajara con muchos jóvenes que se comprometían a trabajar en la sociedad por un orden cristiano mediante la piedad, el estudio y la acción. En este contexto y con la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, es que empieza a surgir la idea de un Cristo que gobierna, que impera, que reina en los corazones con la ley del amor, pero que se debería manifestar, no sólo en la vida de las personas sino, también, en todas las instituciones del país: “Instaurar todo en Cristo”. De esta manera es que en 1914 se corona la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en medio de una ceremonia en la Catedral de México y es ahí donde se empieza la expresión de Cristo Rey que llega a manifestarse en un grito uniendo el ¡Viva Cristo Rey! Al de ¡Y la Virgen de Guadalupe!
En esos inicios del siglo XX es la juventud mexicana organizada en la ACJM la que empieza a tener un proyecto social, junto al Partido Católico Nacional, proponiendo, ya leyes de protección a la familia, a los obreros y a la empresa en el estado de Jalisco, principalmente.
Es desde el concepto de Cristo Rey y bajo el amparo de Nuestra Señora de Guadalupe, que la ACJM, en esa primera década del siglo XX, crea círculos para estudiar la carta social: Rerum Novarum, de SS León XIII, donde se habla de la cuestión social y de la propuesta de la Iglesia para ordenar la sociedad desde una visión cristiana. Esa visión cristiana de un orden social es la que se identifica con el reinado de Cristo y desde esa época ha representado el ideal de ordenar todo bajo los principios del Evangelio y bajo la ley del Amor. Esta idea se plasma en la estrofa del Himno a Cristo Rey que dice:
Tu reinarás dichosa era
Dichoso pueblo con tal rey
Será tu cruz nuestra bandera
Tu Amor será la nuestra ley.
¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!
@voxfides
comentarios@yoinfluyo.com
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen necesariamente la posición oficial de yoinfluyo.com