El año se acaba y esto nos da pie a poner los ojos en todo lo ocurrido en el año, tanto en lo personal como en lo familiar.
A pesar de que este año trajo pruebas fuertes y momentos de tristeza, son estos tiempos los que nos hacen ver la misericordia de Dios para con nosotros y eso nos permite sentir su amor y gozar con él.
Es bueno que nosotros aprendamos a reconocer lo que Dios hace con nosotros en lo personal y en lo familiar. Y eso hay que hacer nielares lo también a nuestros hijos por eso aquí te dejo mis 5Tips para que podamos hacer un balance de nuestro año y podamos reconocer la misericordia de Dios en él.
PRIMERO. Aparta un tiempo para reflexionar sobre lo que vivimos este año.
Es importante que en verdad dediquemos tiempo para hacer conscientes los acontecimientos sucedidos en este año y así ubicar en el tiempo y en el espacio lo que fue de nuestra vida, tanto personal como familiar.
A veces suceden cosas que son más importantes para alguno de mis miembros de la familia que para los demás, es así que debemos hacer esta reflexión en lo personal y en lo familiar.
Aún estamos a tiempo y por favor, que no nos dé temor confrontarnos con los hechos vividos, como quiera que estos hayan sido.
SEGUNDO. Haz una lista personal y familiar.
Ya que hemos reflexionado, ahora es tiempo de ponerlos de forma clara y concreta en una lista doble, es decir, de un lado los acontecimientos buenos y del otro lado los dolorosos o difíciles.
Los primeros nos sirven para agradecer y los segundos para ofrecer y como oportunidad de mejora.
Nuestros hijos pequeños pueden hacer esta lista con dibujos, pero es bueno que desde pequeños los acostumbremos a este proceso para que puedan hacerlo después de forma natural.
Si hacemos esta lista frente al santísimo o frente al altar familiar es mucho mejor pues lo haremos bajo la mirada amorosa de la Virgen Santísima y de Nuestro Amado Jesús.
TERCERO. Agradece todo lo positivo.
Al darnos cuenta de todas las bendiciones que Dios nos ha regalado podemos agradecerlos y sentirnos muy amados por Él.
Esto nos debe dar fuerzas y ánimos para seguir adelante el próximo año.
No siempre es tan fácil ver lo positivo así que podemos discernir juntos por qué lo sucedido es bueno y nos trae una bendición de Dios, no siempre nuestros hijos saben hacerlo o están tan acostumbrados a discernir. Recordemos que educamos con el ejemplo.
CUARTO. Ofrece todo esto a Dios en la misa de fin de año.
Con lo negativo o doloroso de la lista hay que hacer un proceso de sanación interior para personar y pedir perdón a quien sea necesario y así poder ofrecerlo a Dios con Amor.
Este proceso puede ser un poco más largo que el anterior y nos puede traer un poco de dolor al alma, pero hay que hacerlo a la luz del Espíritu Santo para que nos conserve La Paz en el corazón.
Si nos acostumbramos a ofrecer todo lo que nos pasa, colaboramos a que muchas otras personas reciban frutos abundantes para su salvación por los méritos de nuestros sufrimientos ofrecidos con Amor a Dios.
Y un miembro excelente es en la misa de final de año, así dejaremos a los pies de Jesús todo lo que hemos cargado fuera te este año y que no nos deja acercarnos más a Él.
Y QUINTO. Hagan propósitos para mejorar lo que haga falta.
Ahora sí, llega el tiempo de hacer planes y propósitos para el siguiente año, pero siempre basados en mejorar en lo que este año hemos fallado.
Podemos hacer una lista de cosas que queremos hacer o mejorar e irles poniendo un rango de tiempo que debe ser firme pero flexible.
Si tenemos acciones concretas es el tiempo de ponerlas en práctica y de preferencia que sean medibles para poder saber nuestros avances.
También los podemos llevar a la misa de inicio de año y ofrecerlos a Dios para que nos ayude y nos ilumine para llevarlos a cabo, siempre conforme a su divina voluntad.
Yo ruego a Dios que este año que comienza sea un año muy lleno del Amor de Dios y que siempre estemos bajo su mirada.
Que el Señor les bendiga y les proteja, haga resplandecer su rostro sobre ustedes y les conceda su favor. Que el Señor les mire con benevolencia y les conceda la paz. Y que la Santísima Virgen María les cubra con su manto de Amor.
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