Henry Newman, ejemplo de una fe católica pública

 

  

Que a todos los bendiga el Señor. Desde aquí, el Padre José Luis Bautista González, con Una Mirada en la Historia:

En este mes de octubre celebramos a un gran beato que está muy unido a los círculos universitarios porque pertenecía al famosísimo Círculo de Oxford, allá por el año de 1840; y me refiero al que beatificó Su Santidad emérito Benedicto XVI en Birmingham, Henry Newman.

Henry Newman poseía una capacidad extraordinaria. Desde su más temprana infancia le gustó la lectura, pero en especial libros de Teología y Filosofía. El perteneció a una familia acomodada, y su familia era anglicana; por tanto, por ser anglicano, se ordenó como clérigo anglicano. Pero, como le pasa a todos los santos o a muchos santos o a grandes santos, la estrechez económica de su familia y la muerte súbita de su hermana, le hizo tambalear en su fe. Entró en una crisis espantosa; y él, sintiéndose inseguro en sus realidades teológicas, porque tuvo una crisis sobre la muerte, crisis donde el ser humano tiene que tomarse de la mano de Dios, él buscó una respuesta en la Sagrada Escritura. Pero se preguntó si la Iglesia Anglicana era verdaderamente sucesora de la Iglesia Católica, de la Iglesia Apostólica. Lo que hizo Henry Newman fue meterse en la lectura de los Padres de la Iglesia, es decir, Justino el Filósofo y Denio de Lión, Clemente de Alejandría, Orígenes, Tertuliano, San Agustín, y muchísimos Padres de la Iglesia. Y descubrió que la Iglesia Anglicana no había provenido de la Iglesia Apostólica-Católica, sino del capricho del Rey Enrique VIII.

Es por eso que en el diario conservador de Londres hizo una retractación pública, pidió perdón a la Iglesia Católica y al Papa, del cual había sido un acérrimo enemigo con sus críticas. Tres años después, es nombrado presbítero. Pero lamentablemente sufre una gran cruz Henry Newman. Por un lado, los anglicanos con el Círculo de Oxford se cerraron, por su deserción de la Iglesia Anglicana; y por otro lado, los círculos más conservadores de la Iglesia Católica le cerraron las puertas porque él había sido anglicano.

Él sufrió terriblemente, en el silencio, porque nunca protestó; pero, por allá de los años 60, en el diario conservador The Guardian, un familiar del Rey lo criticó por su deserción de la Iglesia Anglicana. Esto le molestó muchísimo a Henry Newman, y durante todo un año publicó una defensa de sus ideas religiosas, es decir, su paso por la Iglesia Anglicana y después su entrega a la Iglesia Católica.

Yo les recomendaría este magnífico libro, es parecido; claro, guardando sus distancias con “Las Confesiones” de San Agustín o con “Historia de un Alma” de Teresita de Lisieux, y este libro se llama: “Historia de mis Ideas Religiosas”, una magnífica obra, ojalá que la podamos leer.

Finalmente, ante esta publicación que se dio cada semana, yase abrieron los círculos de Oxford y la Iglesia Católica, y él escribió. Fue un eminente escritor. También les recomiendo los libros que escribió sobre la Pasión de Cristo y sobre la vida de Cristo. Fue un gran intelectual. Su Santidad el Papa León XIII lo premió con el Capelo Cardenalicio, aunque nunca fue obispo, y dos años después murió en olor de santidad en el año 1888.

¿Por qué ese ejemplo? Cuando lo beatificó el Papa, dijo: “Hoy tal vez en la Iglesia no seamos torturados; pero cuando decimos la verdad evangélica, somos excluidos, ridiculizados e ironizados”. No tengamos miedo de profesar nuestra fe católica en público, porque lamentablemente se nos ha reducido al ámbito de lo privado en México.

 

 

@voxfides

comentarios@yoinfluyo.com

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen necesariamente la posición oficial de yoinfluyo.com

 

 

 


Artículos Relacionados