“La Iglesia no son los sacerdotes, o nosotros los obispos. No, ¡la Iglesia somos todos los bautizados!”, afirmó Su Santidad el Papa Francisco, quien resaltó la importancia de ver a la Iglesia como una “madre capaz de dar la vida por sus hijos”.
En la catequesis de la habitual Audiencia General de los miércoles, el Santo Padre explicó que la Iglesia en su maternidad tiene como modelo a la Virgen María, “el modelo más bello y más alto que pueda existir”.
Frente a más de 60 mil fieles convocados en la Plaza de San Pedro, el Obispo de Roma precisó que la Iglesia, en su cuidado maternal, se esfuerza por mostrar a los creyentes el camino a seguir para vivir una existencia fecunda de alegría y paz. “La Iglesia tiene el coraje de una madre que sabe que debe proteger a sus hijos de los peligros que resultan de la presencia de Satanás en el mundo, para llevarlos al encuentro con Jesús… A nosotros nos corresponde no ser ingenuos, sino vigilar y resistir firmes en la fe…”.
Cabe recordar, por otro lado, que en más de una ocasión el Papa Francisco ha reiterado el papel de la Iglesia, conformada y dirigida por religiosos, pero también por laicos, que ven a Jesús como el camino de salvación.
La Iglesia, que quiere decir “comunidad convocada”, es unidad de fe, que se muestra por el Credo, el mismo que rezaban los apóstoles y que describe en pocas palabras en qué creemos los católicos.
Si sufre tan sólo un hijo de la Iglesia, sufrimos todos. Ejemplo de ello es lo que ocurre en Irak, donde el cristiano es perseguido, torturado y asesinado por las milicias del Estado Islámico.
Cabe mencionar que el pasado 30 de agosto el padre Behnam Benoka recibió una llamada del Santo Padre luego de enviarle una carta relatándole la difícil situación que atraviesan los cristianos que huyen de la violencia del Estado Islámico (ISIS) en Irak. El Papa Francisco reiteró su paternal y constante cercanía, bendijo al padre Benoka y le aseguró sus oraciones.
Además, este miércoles, al término de su Audiencia General, Su Santidad recordó a los cristianos perseguidos que están en el corazón de la Iglesia. “Ella sufre con vosotros y está orgullosa de vosotros; sois su fuerza y el testimonio concreto y auténtico de su mensaje de salvación, de perdón y de amor”.
A finales de agosto, el Santo padre envió un emisario a Irak, el cardenal Fernando Filoni, y ha hecho varios llamamientos a Naciones Unidas y al mundo para condenar la violencia del ISIS y pedir la protección de los cristianos y otras minorías religiosas.
Obispos de Oriente Medio, en particular en Siria, donde los cristianos también están bajo la amenaza del ISIS, llaman a que la Santa Sede se comprometa aún más en la lucha contra los yihadistas.
Por su lado, la organización humanitaria Cáritas y otras asociaciones católicas llevan meses movilizadas para proteger a los cristianos de esos dos países, además de ayudar a los refugiados en Líbano y Jordania.
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