En este mes de mayo, mes de María, acabamos de celebrar el Día de las Madres y el Día del Maestro, por lo que me puse a pensar que la Santísima Virgen María es ejemplo de madre y de educadora.
En ella se encarnó el hijo de Dios. Lo trajo al mundo con mucho trabajo y después lo tuvo que educar. ¡Imagínate nada más!
Jesús es Dios y hombre por lo que la Virgen María tuvo que educarlo en cuanto hombre y dejarse educar por Jesús en cuanto Dios.
Es por esto que debemos tomarla como modelo. Aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.
PRIMERO. Hágase en mí según tu palabra.
Es muy recomendable seguir el ejemplo de obediencia de la Santísima Virgen María. Que desde que el Arcángel Gabriel de dice que Dios la ha escogido para ser su Madre, ella le dice que sí.
Y no creamos que fue fácil para ella, pues la Palabra de Dios nos dice que le pregunta cómo puede ser posible lo que le dice, esto nos dice que al principio tuvo alguna duda, pero en cuanto el arcángel le explicó, ella acogió en su corazón la voluntad de Dios y dijo sí.
Es importante escuchar con los oídos del corazón y acoger lo que Dios quiere o nos pide a cada momento.
Lo mismo pasa para con nuestros hijos, debemos escuchar a Dios para discernir que es lo mejor para ellos a cada momento y llevarlo a la práctica.
Y conforme vayan creciendo, debemos enseñarles a discernir por ellos mismos y a obedecer la voluntad de Dios.
Y cómo ejercicio práctico, que sepan obedecernos a nosotros, a sus maestros y a las autoridades que vayan teniendo.
SEGUNDO. Ha puesto la mirada en la humildad de su esclava.
Otra de las virtudes importantísimas en la educación de nuestros hijos es la humildad, la sencillez de corazón y alegría.
Y en esto también María fue maestra ya que siempre estuvo dispuesta a ayudar y servir a los demás.
Ya estando esperando a Jesús se fue a ayudar a su prima Isabel, olvidándose un poco de ella para servir con amor y Alegría a quien más lo necesitaba.
Nosotros como mamás y cómo maestros debemos tener siempre el corazón dispuesto a servir a los que Dios nos ha encomendado.
El servicio debe ser alegre y amoroso. Así siempre estaremos dispuestos a dar sin esperar nada a cambio, solo por el simple gusto de hacer todo lo posible porque los nuestros estén bien.
Tratemos de educar a nuestros hijos para que ellos también estén dispuestos a servir con sencillez y humildad de corazón y sobre todo con mucho Amor y alegremente.
TERCERO. Guardaba todo en su corazón.
Otra característica de la Virgen María era que todo lo que vivía los guardaba con paz en su corazón.
Esto quiere decir que aceptaba con paciencia las dificultades, sin renegar ni quejarse, que ofrecía todo a Dios para que fuera meritorio ante sus ojos y pudiera interceder por los demás.
Es importante tomar esto muy en cuenta, ya que de cotidiano, vivimos situaciones difíciles.
No digo que no sintamos temor, seguramente María no sintió muchas veces, pero sí que lo guardemos en nuestro corazón y lo ofrezcamos a Dios para interceder por nuestra familia, por los que Dios nos ha encomendado cuidar espiritualmente.
Guardar las cosas en el corazón implica tener una cercanía con Dios para que sea Él quien las procese y las vuelva una ofrenda agradable a Él.
Y podemos educar a nuestros hijos desde pequeñitos para que aprendan a guardar todo en su corazón, sin rencores ni resentimientos, volviendo lo vivido una ofrenda agradable a Dios.
Asuntos pasa para bien de los que creemos en Dios.
CUARTO. Hagan lo que él les diga.
Con esta frase, la Santísima Virgen María nos guía de una forma magistral para que todo salga bien.
Y es que es muy simple, hacer lo que Jesús nos diga es poner nuestra voluntad en la suya, es estar dispuestos a que Jesús guíe nuestros pasos aunque a veces no comprendamos mucho lo qué pasa.
La Virgen María nos enseña la vida de fe, porque hacer los que Jesús nos dice requiere de mucha fe.
Es vital educar a nuestros hijos en esa fe para que puedan creer en Dios, confiar en Dios y así esperar en Él a pesar de las circunstancias que se vayan presentando.
Esto hará nuestra vida más fácil ya que todo lo esperamos en Cristo que nos ama y que solo desea nuestro bien.
Y QUINTO. Mujer ahí está tu hijo. Ahí está tu madre y desde entonces la acogió en su casa.
Debemos tenerla a ella como Madre y maestra ya que Jesús nos la ha heredado a los pies de la Cruz en la persona de Juan.
Él no solo la acepta, sino que la acoge en su casa, es decir, se la lleva a vivir con él.
Nosotros debemos hacer lo mismo, acoger a la Santísima Virgen María en nuestra casa, nuestro corazón y en nuestra familia.
Así ella nos acompañará siempre e intercederá por nosotros, es decir, estará pendiente de nuestras necesidades y cuidará de nosotros para que podamos hacer la Voluntad de Jesús.
Esto es muy sencillo, podemos comenzar con un acto de consagración personal a la Virgen María y si ya lo tienes, podemos renovarlo constantemente.
También podemos procurar que nuestros hijos y los que Dios nos ha encomendado también lo hagan así, de manera consciente nos estamos haciendo hijos suyos por propia voluntad.
Y debemos tenerla en un lugar muy especial de nuestro corazón ya que ella siempre nos tiene en el suyo.
Es así que lograremos ser educados por ella y guiados por el camino más seguro para llegar a Dios.
Nosotros sólo debemos confiarle nuestro corazón y el de los nuestros para que ella pueda actuar en él y hacerlo como el suyo que es como el de su divino Hijo.
Ojalá que estemos dispuestos a llevar este estilo de vida tanto si somos hijos como si somos padres o maestros porque un hijo de María jamás se perderá.
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