Ajo para vencer

¿Necesito orar? Un ajo para vencer

1) Para saber

Se cuenta de un niño de unos siete años que era bajo de estatura y no le gustaba comer. Un día que su tío fue a comer a su casa, le dio varias razones sin tener éxito, no comía su sobrino. Al final le dijo: “Ahora me explico por qué no creces. ¿Cómo vas a crecer si no comes? Yo comí mucho y por eso crecí tanto”. El pequeño le contestó convencido: “Pues ayer comí todo y no crecí nada”.

Hoy en día, se quieren las cosas inmediatas. Sí se quiere mejorar, pero que sea rápido. Hay que aprender de las frutas, que requieren de tiempo para madurar. En la relación con Dios y nuestro camino al Cielo importa mucho la paciencia. Así lo expone el papa Francisco en su Mensaje de Cuaresma donde nos invita a ser perseverantes: Jesús nos ha enseñado que es necesario «orar siempre sin desanimarse» (Lc 18,1). Teniendo en cuenta que el bien, el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día. Por tanto, pidamos a Dios la paciente constancia del agricultor para no desistir en hacer el bien.

2) Para pensar

Una de las grandes actrices del siglo pasado fue Bette Davis. Ganadora de dos Oscar, fue la primera actriz en acumular diez nominaciones. En 1939, Bette Davis filmó una película con el actor Errol Flynn, en donde interpretaba a la reina Isabel I Tudor. El caso es que Bette detestaba a Errol Flynn y los estudios la obligaron a filmar junto con él. La Davis tuvo que tragar saliva cuando le decía al Conde de Essex aquello de: “No sé a quién odio más, si a ti por hacer que me enamore, o a mí, por necesitarte tanto”, que es una de las frases románticas más recordadas del cine. El colmo vino cuando la actriz supo que el guion los obligaba a besarse. Bette Davis era una actriz de recursos, que tenía claro que cuando hay que actuar se actúa, pero otra cosa es que aquello del beso resultara un momento placentero para el actor. La actriz tuvo la ocurrencia de masticar ajos antes de cada escena romántica para que su aliento fuera lo más repulsivo posible y le recordara a Errol todo el “cariño” que por él sentía.

El ejemplo de Bette Davis nos muestra que cuando uno se lo propone, se las ingenia para llevarlo a cabo. Una actitud similar nos habría de llevar a poner todos los medios para jamás caer en la tentación. El papa Francisco nos exhorta a no cansarnos de luchar contra la concupiscencia, “esa fragilidad que nos impulsa hacia el egoísmo y a toda clase de mal”.

3) Para vivir

Para esta Cuaresma el papa Francisco nos invita a no cansarnos de orar: necesitamos orar porque necesitamos a Dios. Pensar que nos bastamos a nosotros mismos es una ilusión peligrosa. Con la pandemia hemos palpado nuestra fragilidad personal y social. Que la Cuaresma nos permita ahora experimentar el consuelo de la fe en Dios. Porque nadie se salva sin Dios, sólo el misterio pascual de Jesucristo nos concede vencer las oscuras aguas de la muerte, dice el Papa.

Así como el ayuno prepara el terreno, la oración, a su vez, lo riega, para que la caridad fecunde. Estemos ciertos de que, con el don de la perseverancia, alcanzaremos los bienes prometidos para nuestra salvación y la de los demás.

 

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