Globos de oro o globos de la muerte
Mi éxito justifica que yo “interrumpa” la vida humana (por usar su eufemismo), sin que se pueda, obviamente, “reanudar”.
Mi éxito justifica que yo “interrumpa” la vida humana (por usar su eufemismo), sin que se pueda, obviamente, “reanudar”.
Al comenzar este nuevo año, veamos qué tenemos en el corazón, si tenemos al Señor o son otros intereses, como la riqueza, el placer o el poder.
Al iniciar una nueva década, ¿qué adoración, qué alegría, qué camino de búsqueda o qué regalo podemos presentar?
Las cadenas más fuertes son aquellas que nosotros mismos nos hemos construido, es decir, nuestros vicios.
Podemos crecer en espiritualidad dedicando un tiempo para Dios y así vernos protegidos de las tentaciones.
Así como oramos por “nuestros” difuntos, debemos orar por los “otros” difuntos o moribundos.
La Iglesia es presentada según el difundido cliché de los dos bandos: conservadores vs reformistas; obviamente ya saben qué papa representa a cuál bando.
Las tarjetas navideñas de hoy, cuando mucho expresan un frío “felices fiestas”, pero sin hacer alusión al gran momento de la Natividad del Señor.
Celebramos a los niños, imagen del Niño Dios; nos hacemos regalos los unos a los otros para recordar el gran regalo que Dios nos hace, su propio Hijo.
En los alrededores de la Villa podemos constatar el estado de abandono, inseguridad, insalubridad y ambulantaje sin control.
Debemos planear muy bien la Noche Buena para que por lo menos podamos ir a misa juntos.
La práctica de colocar un Nacimiento se convierte en un elocuente y mudo testigo del mensaje original de la fiesta.