El cielo y el infierno es un misterio, se dice que el cielo es un lugar dónde somos felices, pero si nos separan de nuestros seres queridos ¿cómo poder serlo? Por ello el Evangelio, responde que en el cielo somos como ángeles, que no se casan ni se da el matrimonio.
El papa Francisco continua su invitación a la oración del Padre Nuestro y a compartir nuestra confianza con Dios como uno más de sus hijos.
A 70 años de la llegada del Opus Dei a México, y en medio de la fuerte crisis moral y de valores que se vive en nuestro país, el mensaje de San Josemaría Escrivá resuena con fuerza y actualidad.
El papa Francisco nos invita a continuar el hábito de orar el Padre Nuestro, inculcando que aunque pareciera que Dios no nos escucha, él siempre estará ahí para escucharnos y apoyarnos en todo momento.
La Jornada Mundial de la Juventud está muy cerca, se realizará en Panamá y aunque muchos no tengan la oportunidad de asistir por distintos motivos, no es pretexto para dejar de apoyar y vivir la riqueza de este importante evento juvenil.
Ante la oportunidad que nos dan estas fechas de reflexionar sobre el sentido de nuestras vidas, el cristianismo presenta una propuesta propia: la historia es lineal, tiene un sentido, un origen y una finalidad.
Encomendémonos a Dios como nuestro padre; Él que nunca nos abandona, incluso cuando estamos en nuestros peores momentos.
El alimento de la vida es un tema que nace desde Belén; Dios y el Papa nos invitan a reflexionar acerca de este tema en nuestra vida diaria.
Cada Navidad resurgen las voces que señalan que el 25 de diciembre no es la fecha real en la que Jesús nació o que ni siquiera existió. Hay argumentos que apoyan tanto la existencia de Jesús como el porqué se celebra ese día su nacimiento.
La Navidad tiene como principal motivo, festejar el nacimiento de Jesús, lo cual, se ha ido transformando en una festividad familiar y hasta materialista.
Los hijos en época de Navidad es común que pidan juguetes y es bueno dárselos, pero es mejor aún enseñarles el valor del pan de cada día.
A través de la teología y de la palabra de Dios encontrada en la Biblia podemos darnos una idea de cómo es el Cielo.
