1) Para saber
En su catequesis sobre la Santa Misa, el Papa Francisco quiso hacer una referencia a su inicio: persignarse con el signo de la cruz. E hizo un pedido especial a favor de la formación cristiana de los niños: enseñarles a hacer correctamente el signo de la cruz. Les preguntó a los fieles: “¿Ustedes han visto cómo los niños se hacen el signo de la cruz? Porque no sabes qué cosa hacen, si el signo de la cruz o un dibujo. Hacen así”, e hizo con su mano un movimiento rápido sobre el pecho. Es necesario “enseñar a los niños a hacer bien el signo de la cruz, pues con él comienza la Misa, así comienza la vida, así comienza la jornada”, pidió el Papa, quien luego marcó lentamente una cruz comenzando desde su frente hacia abajo y luego a cada lado del pecho, primero a la izquierda y luego a la derecha.
2) Para pensar
Podemos recordar lo que el historiador Eusebio de Cesarea recoge en su obra “Vida de Constantino”, en donde recoge la biografía del Emperador, de quien fue contemporáneo. Ahí relata lo que le contó el mismo emperador.
Era la noche del 27 de octubre del año 312, Constantino descansaba en su campamento militar en las afueras de Roma. Al día siguiente sus tropas se enfrentarían a las de Majencio y se jugaba mucho más que el honor: ser emperador de Roma.
Si se alzaba con la victoria el Imperio estaría en sus manos, si caía derrotado encontraría la muerte y Majencio sería el emperador. Entonces Constantino, quien no era cristiano, contempló hacia el firmamento y sobre el Sol apareció una cruz rodeada por la leyenda ‘In hoc signo vinces’ (‘Con este signo vencerás’). Quedó muy impresionado, y esa misma noche soñó con Jesucristo quien le hizo comprender el mensaje y sabía que con ese signo vencería en sus batallas a sus enemigos. Era el símbolo de los cristianos tan perseguidos en el Imperio y que en los últimos años habían aumentado mucho.
Según cuenta Lactancio, el emperador incorporó en los escudos y estandartes de su ejército la cruz. Y así, tras esta visión, interpretada como una intercesión divina, Constantino venció a su enemigo Majencio en la batalla del Puente Milvio y se hizo con el Imperio. Más tarde, con el Edicto de Milán daba libertad de culto y dejaba de perseguirse a los cristianos.
La leyenda de la cruz en el cielo que vio el emperador Constantino, quedó inmortalizada con el fresco de La Visión de la Cruz realizado en la Ciudad del Vaticano en 1524 por los ayudantes de Rafael Sanzio. De este modo, la leyenda de la visión que cambió las águilas imperiales por las cruces latinas nunca se olvidaría. Ello contribuyó a que la cruz pasara a convertirse en un símbolo importante en el cristianismo.
3) Para vivir
La Cruz representa algo muy profundo. Este signo “quiere decir que nosotros somos redimidos con la Cruz del Señor”, explicó el Papa, “miren a los niños y enséñenles a hacer el signo de la cruz”.
El Santo Padre hizo también un llamado a los fieles a contemplar “devotamente la imagen del crucifijo, porque no es un adorno más para llevar, sino el símbolo de la fe cristiana, es el símbolo de Jesús, muerto y resucitado por nosotros”. Así, cada vez que veamos una cruz, hemos de ver en ella el inmenso amor de Dios por nosotros y agradecérselo.
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