1) Para saber
“Dos son los amores que en esta vida luchan entre sí en toda tentación: el amor al mundo y el amor a Dios. Y el que venciere de estos dos, arrastra hacia sí al amante como una gran mole”, afirma san Agustín (Sermón 344). A su vez, Hermas, autor del siglo II, habla de dos consejeros que nos acompañan toda la vida: el ángel de justicia y el de maldad. Importa discernirlos. El ángel de justicia es delicado, manso y tranquilo. Nos habla de pureza, de santidad, de no codiciar, de toda obra virtuosa. En cambio, el consejero maligno es impaciente y amargado. Se le reconoce en la impaciencia y amargura, o el ansia de muchos manjares y embriagueces, de soberbia, de placeres inconvenientes.
En la reciente Audiencia General, el papa Francisco nos invita a discernir teniendo presente la Palabra de Dios, a Jesucristo. La Navidad nos recuerda que Cristo vino al mundo para facilitar y hacer posible que el hombre conozca la Verdad y pueda poner su corazón en Dios. Un famoso director de cine tuvo que discernir su futuro. Veamos.
2) Para pensar
Si no se sabe qué película ver estos días navideños, se puede elegir el clásico “Qué bello es vivir” (It’s a Wonderful Life”, 1946). Muestra la importancia de los valores y cómo al vivirlos se tienen muchas consecuencias buenas, muchas inimaginables, en las personas y en la misma sociedad.
Su director Frank Capra (1897-1991), de fe católica, describió en un manuscrito hallado recientemente, que en una noche sintió muy clara la tentación diabólica de hacer películas sin valores. De joven Capra no era muy allegado a la fe, pero un amigo le dijo algo que le cambió la vida: “Los talentos que tiene, Señor Capra, no son suyos. Dios le dio esos talentos para usarlos en su propósito”. Entonces, reevaluó su fe y la tomó en serio. En su película “Vive como quieras”, mostró el amor al prójimo que Cristo enseñó, que es la fuerza más poderosa en la vida: “Mis películas deben permitir que todos los hombres, mujeres y niños sepan que Dios los ama, que yo los amo y que la paz y la salvación se convertirán en una realidad solo cuando todos aprendan a amarse unos a otros”.
Capra escribió que la humanidad necesita dramatizaciones que muestren que “el hombre es esencialmente bueno, un átomo viviente de divinidad; que la compasión por los demás, amigos o enemigos, es la más noble de todas las virtudes. Hay que hacer películas para decir estas cosas, para contrarrestar la violencia y la mezquindad”. Concluía el escritor Matt Archbold: “Cuando veo a las personas que no le gustan las películas de Capra, creo que estoy en el lado correcto. Así que este año, estaré viendo ‘Qué bello es vivir’, feliz de saber que al diablo no le gusta”.
3) Para vivir
La Navidad muestra el deseo de Dios de dialogar con nosotros. La Biblia, señala el Papa Francisco, nos advierte que la voz de Dios resuena en la calma, en el silencio. Como con el profeta Elías, a quien el Señor le habla no en el viento fuerte, ni en el terremoto, sino en una brisa suave. La voz de Dios no se impone, es discreta, respetuosa. No es fácil entrar en esa paz del corazón, porque estamos ocupados en muchas cosas. Esta Navidad es un tiempo propicio para entrar en uno mismo y encontrarnos con Dios. (articulosdog@gmail.com)
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