Una Navidad muy especial en familia

Ya estamos a pocos días de la Nochebuena y de poder celebrar el Nacimiento de Jesús en nuestros corazones.

Para eso nos hemos estado preparando durante este adviento para que nuestro corazón sea digno de recibir al Rey de reyes, sin apegos, ni resentimientos, solo con flores y con cantos para recibir a Jesús hecho hombre.

Pero estando ya tan próxima la Navidad debemos tener mucho cuidado de no ser presa de algunos peligros que rodean la Navidad como son las amarguras, las tristezas, la tibieza y las distracciones que el mundo nos presenta.

A nosotros como papás nos toca estar atentos para ver que la familia lleve el rumbo adecuado y que nuestros hijos, o nosotros mismos, no seamos presas de todo esto, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Aleja la tristeza del corazón.

La tentación de la tristeza es muy fuerte en este tiempo, ya que nos ponemos a pensar en lo que teníamos antes o a veces hacemos memoria de otras navidades y eso nos pone tristes, ya sea por añorar lo que ya no tenemos o por desear lo que nunca hemos tenido.

Es necesario hacer un examen de conciencia y ver que Dios siempre ha estado con nosotros, aun en los momentos difíciles y más dolorosos.

Buenas noches, envío este material adelantado por si es de utilidad.

Si vemos así las cosas podremos cambiar esa tristeza en una alegría llena de esperanza y se la podremos transmitir a nuestra familia.

Es importante tener en cuenta que la tristeza es muy contagiosa pero la alegría lo es mucho más.

SEGUNDO. No dejes que la amargura endurezca el corazón

Ya que de pronto las experiencias pasadas o por heridas que aún no terminan de cerrar nuestro corazón puede hacerse una coraza para no sufrir más.

Y esto no afecta solo a las personas mayores, también los niños y jóvenes pueden padecer de este mal del corazón y tenerlo duro y no permitir que Jesús nazca en él.

Donde hay alegría no cabe la amargura y donde hay alegría está Dios, es así que debemos cuidar de que no le demos cabida a la amargura en nuestro corazón para poder tenerlo digno para Jesús.

Podemos lograrlo con nuestros pequeños si les enseñamos a ofrecer todo, lo bueno y lo malo, y así ver todo como una buena oportunidad para que Dios haga su obra en cada uno.

TERCERO. No dejes que la indiferencia enfríe el corazón

El mundo nos invita a ser indiferentes, es decir, a que pase desapercibido el nacimiento de Jesús.

En los últimos tiempos hasta nos han querido quitar la posibilidad de ver los nacimientos en los espacios públicos y esto abona a que el ambiente se vuelva indiferente.

Nosotros como familia debemos provocar que existan signos visibles en nuestra celebración de la navidad para que nuestros hijos tengan forma de disponerse también de manera personal y espiritual para que sea una gran celebración familiar.

Nosotros como papás nos debemos volver guardianes del corazón de nuestros hijos y buscar espacios y tiempos para explicarles lo que estaremos viviendo en la Navidad para que conociéndolo puedan amarlo y recibir a Jesús con la conciencia clara de lo que está sucediendo.

CUARTO. Tampoco dejes que las distracciones mundanas eviten que veas lo central de la Navidad.

No olvides que el festejado es Jesús y que él es el que debe recibir los regalos de nuestro corazón de tal forma que es bueno tener signos visibles de esto.

Arrullar al Niño Jesús, prepararle un regalo y llevárselo a Misa, ofrecerle nuestros esfuerzos de conversión con nuestro calendario de adviento, etc.

Ojalá que este año podamos ponerle un lugar en nuestra mesa a Jesús para que cene con nosotros y esté verdaderamente presente en su fiesta que es la Navidad.

Y QUINTO. Da testimonio en familia de que se puede dejar todo eso de lado y celebrar a Jesús hecho niño.

Que no te de pena celebrar de manera especial a Jesús, que no te de pena ir contra corriente y tratar de evitar que el materialismo y el consumismo tomen el lugar principal en la celebración.

De ser posible, asistan a misa el 24 por la noche para que entremos en el ambiente y la espiritualidad del Nacimiento de Jesús.

Y con esto no estoy diciendo que el 25 ya no vayan a misa, recuerda que es día de precepto, pero es bueno que demos testimonio como familia de esta vivencia.

Démonos la oportunidad de vivir una Navidad distinta centrada en Cristo.

Feliz Navidad.

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