Dentro de las celebraciones de la Navidad que estamos viviendo, destaca la fiesta de este domingo: La Sagrada Familia.
Jesús ha querido llegar al mundo de la forma más natural, y ha querido crecer en el seno de una familia, para manifestar la importancia de vivir esta noble unión.
El Papa Francisco, en un discurso dirigido a las familias, ha recordado que ésta debe ser el lugar privilegiado para vivir la fe, a través de la oración y meditación de la Palabra de Dios, mismas que nos llevarán a fortalecer nuestro diario vivir en la alegría del Evangelio.
Desafortunadamente, somos testigos del terrible desequilibrio social que está afectando el núcleo familiar. Esto lleva a querer proponer diversos modelos de familia, cuando Dios ha sido muy claro en su precepto.
Invito a toda la comunidad para que no olvidemos el valor infinito de la unión familiar, y hagamos el esfuerzo por ayudar a quienes pasan por momentos difíciles. Somos conscientes de los conflictos que se viven en muchas familias, propiciados por diversas circunstancias, pero sabemos que, cuando hay voluntad para la reconciliación, podemos hacer que la unión se logre y se reanime la vida en familia.
Por otra parte, estamos unidos en oración con la familia de nuestro hermano presbítero Gregorio López Gorostieta, de la diócesis de Ciudad Altamirano, así como de su Obispo y hermanos sacerdotes. Lamentamos éste y todos los acontecimientos que han acabado con la vida de cientos de inocentes. Reiteramos nuestro llamado a las autoridades correspondientes para que se esclarezcan los hechos.
Finalmente, invito a la comunidad para que, en las fiestas de fin de año, nos dispongamos a celebrar con alegría y gratitud, sin olvidar la importancia del respeto a nuestros semejantes.
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