En octubre de 1952, el joven sacerdote es llamado al seminario de Frisinga, a unos 30 kilómetros al norte de Múnich, para impartir, a los alumnos del último año, un curso sobre pastoral de los sacramentos. Así comenzaba su carrera de docente.
En 1953, Ratzinger obtiene el doctorado en teología y en ese mismo año le llega una oferta para impartir el seminario de Teología Dogmática y Fundamental en la Universidad de Frisinga. Joseph rechaza esta oferta, pues prefirió preparar su tesis para obtener la licencia de docente en Múnich. Un año después, en 1954, vuelve a recibir esa misma oferta, y esta vez sí acepta. Así inició su carrera como catedrático de Teología Fundamental.
Durante el año de 1956, Joseph recibió una invitación para impartir el Seminario de Teología Fundamental en la Facultad de Teología Católica de la Universidad de Maguncia. Pero la rechazó primero, porque seguía preparando su tesis para obtener la “libre docencia” en Múnich; y segundo, porque sus padres vivían con él en Múnich y no quería dejarlos solos. El día 11 de febrero de 1957, tras presentar un difícil examen, Ratzinger obtuvo el grado de “libre docente” en Múnich.
Casi un año después, el día 1 de enero de 1958, Ratzinger es designado como el nuevo profesor de la cátedra de Teología Fundamental y Dogmática en el Seminario filosófico-teológico de Frisinga. En el verano de este mismo año, el joven catedrático recibe la propuesta de impartir la cátedra de Teología Fundamental en la Universidad de Bonn, donde inicia clases, el 15 de abril de 1959.
Las experiencias obtenidas en Bonn fueron muy enriquecedoras. Joseph Ratzinger considerará que la convivencia intelectual que se daba dentro de la Universidad era admirable, pues los profesores expertos discutían entre sí, o con alumnos interesados en los temas.
En 1962 es invitado a impartir la cátedra de Dogmática e Historia de los Dogmas en Münster. Acepta la invitación y, en el verano de 1963, inicia ahí su labor docente. Sin embargo, esta ciudad estaba muy lejos de su natal Baviera, y le dificultaba al profesor Ratzinger frecuentar a su familia.
Por eso, en 1966, acepta la invitación de la Universidad de Tubinga, para enseñar de Dogmática e Historia de los Dogmas, y se traslada a esta ciudad más cercana a Múnich. Por tiempo después, será nombrado Decano de la Facultad de Teología.
Finalmente, en el año 1969, Ratzinger recibe una nueva invitación, ahora de la Universidad de Ratisbona (Baviera). Ahora podrá continuar su carrera docente en su tierra natal. En este mismo será nombrado decano de la Facultad de Teología y vicerrector de la Universidad.
Este rico historial académico será fundamental para el trabajo que más tarde Joseph Ratzinger ejercitaría primero como Perito del Concilio Vaticano II y luego como Prefecto para la Congregación para la Doctrina de la fe, cargos en los que mostró una gran sensibilidad para entender los problemas de nuestra época.
Y ya como Romano Pontífice, su sólida formación intelectual y su exquisito análisis de la sociedad contemporánea han hecho que sus libros, documentos y discursos sean admirados no sólo por los creyentes, sino también por intelectuales no creyentes.
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