De cara a cónclave, aíslan a cardenales en Santa Marta

En la antesala del cónclave, los 115 cardenales electores, serán recluidos en la residencia de Santa Marta, a fin de evitar comunicación con personas externas y descartar que cualquier tipo de filtración contamine la elección del sucesor de San Pedro, la cual arrancará este martes 12 de marzo.

Los purpurados permanecerán aislados en la residencia de Santa Marta durante el cónclave, sin tener contacto alguno con la televisión, celular, computadoras, iPads, radios o cualquier otro dispositivo que les posibilite comunicación con el exterior.

Pero si un cardenal necesita algo, podrá acudir al sustituto de la Secretaría de Estado, uno de los escasos cargos que no cesan cuando muere un Papa. De esta forma, la Iglesia sigue la normas definidas en la Constitución Apostólica “Univerci Dominici Gregis” definida por el beato Juan Pablo II.

No obstante, aclaró el Vaticano, los cardenales tendrán la libertad de salir de Santa Marta para meditar y pasear. Se trata de la primera vez que todo el recinto Vaticano, se considerará área cónclave.

Así, durante el cónclave los “príncipes de la Iglesia” se desplazaran de la residencia de Santa Marta a la Capilla Sixtina (1km) ya sea a pie o a bordo del pequeño autobús puesto a su disposición. El cónclave seguirá teniendo como el lugar de las votaciones la Capilla Sixtina en la que Miguel Ángel pintó el Juicio Final.

La actual casa Santa Marta (Domus Sanctae Marthae) es una moderna residencia construida cerca de la Basílica Vaticana en el lugar que ocupaba el antiguo hospicio para los peregrinos.

Es un moderno edificio de cinco plantas que en tiempos “normales” se aloja a cardenales y obispos de paso en la Ciudad del Vaticano para visitar al Papa o participar en los actos y reuniones convocados por la Santa Sede.

Las habitaciones fueron asignadas por sorteo, de acuerdo a la norma papal, ya cada uno de los príncipes de la Iglesia, saben cual ocuparán a partir de la primera hora del martes. Las habitaciones disponen del correspondiente cuarto de baño, de un estudio y de una librería.

Además de los cardenales electores, residirán en Santa Marta, durante el periodo del cónclave, también aquellos que ya tienen una residencia en el Vaticano, pero que según establece la “Universi Dominici Gregis”, deben formar parte del Cónclave, como el Secretario Cardenalicio, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias de los ceremoniosos, algunos religiosos de varias lenguas para las confesiones, el personal que se ocupa del comedor y la limpieza, así como dos médicos para eventuales emergencias; todos ellos, deberán recibir la aprobación previa del cardenal Camarlengo, Tarcisio Bertone.

La Fundación Santa Marta fue constituida en 1996 con un quirógrafo de Juan Pablo II, tomó el lugar de un anterior que había sido instituida en 1891 por el Papa León XIII y gestionada por religiosas, que funcionaba como hospicio dentro de las murallas vaticanas para atender a los enfermos de los barrios adyacentes al Estado de la Ciudad del Vaticano, en una época en que el cólera azotaba Italia.

Durante los años de la Segunda Guerra Mundial el hospicio recogió también a refugiados, a judíos y a los embajadores de los países que habían  roto sus relaciones diplomáticas con Italia.

Según la agenda precónclave, este lunes 11 de marzo se reunirá todavía la Congregación General, debido a que están pendientes algunas intervenciones de cardenales; posteriormente, se llevará a cabo el juramento de secrecía del personal que ayudará a los jerarcas católicos, durante la elección.

El martes a primera hora los cardenales electores se trasladarán a la casa Santa Marta, antes de la “Misa Pro Eligendo Pontifice”, que será a las 10:00 horas en la Basílica de San Pedro, concelebrada por todos los cardenales y presidida por el decano del colegio cardenalicio, Angelo Sodano.

A las 16:30 se realizará la procesión de la capilla paulina a la Capilla Sixtina; a las 16:45 pronunciarán sus juramentos, posteriormente se cerrará la puerta “extraomnes”; y las “fumatas” (las columnas de humo) que estarán al final de cada votación.

Se necesitan 77 votos para elegir al sucesor de San Pedro, la constitución apostólica establece en caso de prolongarse los escrutinios, si después de tres días no se ha alcanzado la mayoría, se procederá a un día de pausa para la reflexión.

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