“Se equivoca quien pudiera pensar que por adorar a Jesús Eucaristía, el cristiano se desconecta de las realidades terrenas y se queda en una especie de limbo”, enfatizó el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, durante la celebración de la Santa Misa conclusiva del Segundo Congreso Eucarístico Arquidiocesano (CEA-2016), realizado en la Basílica de Guadalupe y la Plaza Mariana.
Con estas palabras el Cardenal Rivera sintetizó el propósito central de este Congreso Eucarístico, que es el de concientizar a los fieles de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, y fortalecidos con este encuentro personal con Jesús, dar testimonio en la vida social.
La presencia de Jesús en la Hostia Consagrada “nos renueva constantemente y hace lo mismo con nuestras familias, nuestras comunidades parroquiales y nuestra Arquidiócesis”, explicó.
En este sentido, subrayó que la celebración de este Congreso Eucarístico debe favorecer la “vinculación” de las distintas pastorales para salir al “encuentro de las familias” y escuchar aquello que nos dice la ciudad.
Con estas palabras, el cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de México, clausuró el II Congreso Eucarístico de la Ciudad de México, que se llevó a cabo del 7 al 11 de junio.
Distintos conferencistas presentaron valiosas exposiciones en la Plaza Mariana, entre ellos:
El Dr. Ricardo Castañón, especialista en Medicina Psicosomática, ofreció la conferencia “Equilibrio emocional y paz interior”. Resaltó que no podemos olvidarnos de nuestra naturaleza espiritual. “Si la descubrimos, los frutos son el amor, la paz y la armonía”. Respecto a la comunión, mencionó que “si comulgamos y la neuroquímica nos traiciona, debemos trabajar en el pensamiento pleno para ser personas armónicas”. También presentó los estudios de los laboratorios en los que prueban la presencia de ADN humano, actividad dinámica, tejido vivo y sangre en el pedacito de pan ya consagrado.
El Padre José Alberto Medel, profesor del Seminario Conciliar de México y de la Universidad Pontificia, ofreció una ponencia titulada “Eucaristía Fuente misionera”, en la que planteó una pregunta: “¿Cuál es la parte más importante de la Misa?”, para la cual, la respuesta siempre es: “La parte más importante de la Misa es toda la Misa”. Refirió que cuando al Papa Benedicto XVI le preguntaron sobre la mejor manera de catequizar sobre la Eucaristía, él contestó que es “la Eucaristía bien celebrada”; es decir, bien comprendida y bien llevada a la vida. Finalmente, cuestionó: “¿cuántos comulgamos sin conectar con una vida de servicio, cuántos somos flojos, pusilánimes, apocados, cobardes, tibios, mediocres o rancios en la práctica de un catolicismo trasnochado?”
Taís Gea, licenciada en Ciencias Religiosas, ofreció la conferencia “Vivir la Eucaristía”, y recordó que “a veces pensamos que a la Misa vamos para cargar fuerzas. Sin embargo, vivir la Misa nos debe llevar a cambiar actitudes profundas en el corazón que tienen continuidad en la vida diaria. Es así como nos convertimos en Eucaristía para los demás: irradiamos la luz de Cristo eucarístico que habita en nosotros y la Eucaristía podrá ser centro de la Ciudad que nutrirá nuestros hogares y nuestras calles”.
En el marco de la Clausura del II Congreso Eucarístico de la Arquidiócesis de México, el Pbro. Pedro Agustín, presidente ejecutivo del CEA 2016, agradeció a los niños, jóvenes y adolescentes, adultos, adultos mayores, medios de comunicación y al equipo organizador su asistencia, participación y cobertura.
Con información de la Agencia SIAME
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