Por séptima ocasión, “Cielo Abierto” se presentó ante miles de personas este fin de semana en el Auditorio Nacional, donde además de cantar alabanzas a Dios, se creó un ambiente perfecto para que los jóvenes se acercaran a Él.
El evento reunió a miles de personas que cantaron, oraron y hasta lloraron por casi tres horas. El ánimo estuvo a tope desde el inicio; pocos minutos antes de comenzar se escucharon gritos de júbilo y alabanzas desde distintos puntos del recinto por parte de varios grupos juveniles.
El primero en llegar al escenario fue el Padre de la organización, quien dirigió unas palabras a la audiencia. Al retirarse, las pantallas del auditorio mostraban el conteo regresivo y la audiencia estalló en gritos de emoción, todos expectantes ante lo que ocurriría después.
Al llegar el contador a cero, los integrantes de “Cielo Abierto”, Athenas, Kairy, Jon Carlo, grupo Emmanuel y Orlando brincaron al escenario con micrófonos en mano y dieron comienzo con las alabanzas. Entre las canciones interpretadas se encuentra “Mi belleza original”, “Reina del cielo” y “Que no sea yo”.
Los asistentes, de todas las edades, bailaban y coreaban todas las piezas musicales. Los más jóvenes brincaban y levantaban las manos, mientras que los mayores ondeaban los brazos al ritmo de la música y gritaban glorias a Dios y a la virgen. Durante más de dos horas la música no paró y mucho menos el ánimo de la gente que, en lugar de mostrarse cansada con tanto movimiento, expresaba más energía y entusiasmo con el pasar de los minutos.
Más que un concierto
“Cielo Abierto” ofrece conciertos que tienen un ingrediente especial, además de las alabanzas. Para Brenda, de 20 años, de la Pastoral Juvenil Emmanuel, estos eventos son un pretexto perfecto para que los jóvenes puedan acercarse más a Dios. “Creo que deberían hacer estos conciertos más seguido; durante él, me sentí muy contenta, con mucha tranquilidad y armonía”, dijo para Vox Fides.
Además de las alabanzas de parte de los grupos musicales, se ofreció una pequeña ceremonia encabezada por el sacerdote, donde se ofreció la eucaristía, mientras la mayoría de los asistentes guardaban un respetuoso silencio. Algunos oraban en voz baja, otros derramaban lágrimas mientras los integrantes de “Cielo Abierto” les solicitaban dejar sus problemas y preocupaciones de lado, además de darle la bienvenida a aquellos que asistían por primera vez.
Para finalizar, cada uno de los integrantes interpretó una canción y animaba al público a cantar a todo pulmón. Las voces de avivaron, las oraciones encontraron eco y, después de que todo hubiera terminado, el escenario quedó a oscuras y en silencio. Los asistentes comenzaron a salir intercambiando opiniones, en donde la mayoría coincidía que había sido un evento totalmente extraordinario.
@voxfides
kalmaraz@yoinfluyo.com