El cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de Ciudad de México, dio a conocer los criterios bajo los cuales se llevarán a cabo los actos religiosos de Semana Santa y el Triduo Pascual, con la finalidad de continuar la celebración de los significativos eventos, pero respetando las debidas reservas de salud para evitar el contagio del COVID-19.
El Domingo de Ramos, que será el 5 de abril, se celebrará a puerta cerrada en cada templo parroquial, la Catedral Metropolitana y la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe; además, la Procesión de los Ramos, que tradicionalmente se efectúa fuera del templo y recorre algunas calles, en esta ocasión se hará también dentro del templo.
Para los actos del Jueves Santo, el 9 de abril, se harán cambios significativos. En lo que corresponde a la Misa Crismal se realizará en fecha a determinar acabando la contingencia. Será hasta entonces cuando se entregarán los óleos santos a los sacerdotes de todas las parroquias de Ciudad de México.
Por la tarde del Jueves Santo es cuando tiene lugar la misa de la institución de la Eucaristía, que Jesús celebró durante la Última Cena, así como de la institución del sacerdocio. Esta Misa in Coena Domini también deberá hacerse a puerta cerrada, se omitirán el Lavatorio y la Procesión al final con el Santísimo. Asimismo, la popular visita de las Siete Casas también deberá suspenderse.
Es tradicional que, durante el Triduo Pascual, afuera de las parroquias de pueda adquirir manzanilla y pan; sin embargo, Aguiar Retes pidió que por esta ocasión se omita esa ofrenda, con la finalidad de cumplir con las normas de salud y evitar que las personas puedan contagiarse de coronavirus.
El Viernes Santo, 10 de abril, todos los actos se llevarán a puerta cerrada, como el día anterior. En cada uno de los ritos debe incluirse una intención especial para pedir a Dios por los enfermos y por los difuntos.
Se sugiere dejar la Cruz para la adoración de los fieles, sin permitir que se le bese y cuidando siempre que en el templo no haya más de 20 personas.
El Vía Crucis, que suele representarse por las calles o que se reza se reza dentro de los templos, se cancela, al igual que la reflexión de las siete palabras, oraciones que el cardenal pide que se recen en familia.
Es costumbre que, en esta fecha, la colecta se destine a la preservación de los Santos Lugares, pero debido a la contingencia ocasionada por la pandemia, esta queda cancelada.
En cuanto a la Vigilia Pascual, también será a puerta cerrada en cada templo parroquial, en la Catedral Metropolitana y en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
Para el Domingo de Resurrección, 12 de abril, el arzobispo Carlos Aguiar pidió que “sea esta una oportunidad para celebrar en familia. Que la conmemoración del acontecimiento central de la vida cristiana no pase inadvertida por la emergencia sanitaria que estamos viviendo. Al contrario, que sea una oportunidad para dar gloria a Dios y agradecerle porque está siempre con nosotros, especialmente en esta situación por la que estamos atravesando”.
Participar desde casa
El prelado reiteró que para cada evento religioso de la Semana Santa y el Triduo Pascual debe evitarse categóricamente la presencia de más de 20 feligreses dentro de los templos. Además, pidió a los responsables de cada parroquia que no se permita la presencia de nadie con síntomas de enfermedad (fiebre, tos seca, escurrimiento nasal, dolor de cabeza), además de que se deberán proporcionar instrumentos de sanidad (como gel antibacterial) a quienes entren y salgan del templo, donde sea posible.
Debido a la suspensión de los actos litúrgicos del modo en que tradicionalmente se llevan a cabo, el cardenal recomendó a todos los fieles seguir la transmisión por internet o por televisión, en donde sea posible, y participar vivamente desde sus hogares de la celebración del triduo santo, ya sea desde las que su parroquia haga o las que serán transmitidas por la Arquidiócesis, que encabezará el propio cardenal Aguiar Retes.
Finalmente, el arzobispo dijo a los fieles de la Iglesia de la Ciudad de México que sus pastores “estamos orando por ustedes y a su disposición por cualquier medio que nos permita conservar la sana distancia”, y remató diciendo: “Que nuestra Madre Santísima, quien siempre dio una respuesta de aceptación amorosa a la voluntad de Dios, interceda por nuestras comunidades parroquiales y familias, especialmente por aquellas personas que sufren más en estos momentos”.
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