El Papa Francisco concedió al Padre Juan Manuel Martín del Campo el título de Venerable.
El Padre Juan Manuel Martín del Campo, sacerdote mexicano dedicado a practicar exorcismos en la Arquidiócesis de Xalapa, dio un paso importante hacia los altares gracias a la aprobación del Papa Francisco, quien tras evaluar sus virtudes heroicas, le otorgó el título de Venerable, lo que reafirma que el sacerdote vivió y murió con fama de santidad.
El Padre Rafael González, responsable de las Causas de los Santos en la Arquidiócesis de Xalapa, explicó a Desde la Fe que ya se trabaja en la recopilación de los argumentos para cumplir con los requisitos de la fase romana del proceso.
Desde septiembre pasado han estado muy atentos a la normatividad que debe seguirse con la Congregación Pontificia para la Causa de los Santos: “Estamos muy contentos porque se analizó la positio de la causa del Padre Martín del Campo, y fue aprobada por unanimidad, con lo que se acepta que el sacerdote vivió y murió con fama de santidad. Eso es un gran avance porque el proceso de beatificación ha superado una etapa más”.
Y es que –explica el Padre González– una vez reconocido como Venerable, resta un paso más, que es el milagro atribuible a su intercesión, para ser reconocido como beato de la Iglesia Católica.
En este sentido, el Postulador explicó que hay muchos casos que se presentan como hechos prodigiosos, pero la Iglesia Católica tiene que ser muy cuidadosa para documentar cada uno, ya que hay que despejar todo tipo de incógnitas. “Se requiere confirmar la presencia de un milagro, una curación inexplicable o hecho prodigioso, que ofrezca, mediante la obra de Dios, la certeza al Santo Padre para que lo eleve al honor de los altares como beato”.
Consideró que esto sería una verdadera gracia de Dios, porque el Padre Juan Manuel fue un sacerdote muy conocido en Xalapa en virtud de su santidad, y cada vez aumenta más la devoción de los feligreses al llamado “sacerdote exorcista”.
Refirió que ya hay un presunto milagro en Xalapa, pero falta la opinión de los médicos. Si éstos lo consideraran como milagro, tomaría de dos a tres años concluir el proceso de beatificación.
El Padre Juan Manuel Martín del Campo murió en 1996, e inmediatamente los fieles empezaron a dirigirle cartas al entonces arzobispo de Xalapa, Monseñor Sergio Obeso Rivera, a quien le pedían que iniciara el proceso de canonización. “Al principio, Monseñor Obeso se negó prudentemente, haciéndoles saber que había que esperar cinco años después del deceso. Con la llegada de Monseñor Hipólito Reyes a la Arquidiócesis, se ordenó abrir el proceso informativo del Padre Martín del Campo, y así inició la indagatoria a través de un proceso formal”.
Cabe señalar que un beato es un ser humano que ha sido beatificado por la Iglesia Católica por haber llevado una vida cristianamente ejemplar, digna de ser recordada, y que recibe culto público en determinados actos o lugares.
¿Quién fue el Padre Juan Manuel Martín?
El Padre Juan Manuel Martín del Campo nació en Lagos de Moreno, Jalisco, el 14 de diciembre de 1917. Murió en Xalapa el 13 de agosto de 1996. Fue párroco de la Iglesia de San Jerónimo durante 10 años, y fundador del Colegio México en Coatepec.
Juan Manuel Martín del Campo estudió en el Seminario de Veracruz en la década de los 30, cuando esta institución se hallaba en la clandestinidad debido a la persecución religiosa que estaba al mando del gobernador de Veracruz, Adalberto Tejeda.
En medio de la persecución en el seminario, el Santo Obispo Guízar y Valencia lo nombró coordinador del grupo de alumnos que compraba los víveres para los estudiantes de la institución, cuya existencia estaba prohibida por las leyes de ese entonces en México.
Solía pasar sus vacaciones en el seminario y ayudaba a San Rafael Guízar y Valencia a recorrer las periferias de la ciudad para dar comida a los pobres, visitar a los enfermos y para colaborar con él en la celebración de la Misa.
El 16 de julio de 1939 recibió el ministerio del acolitado de manos del Obispo sucesor de San Rafael, Monseñor Manuel Pío López Estrada, y fue ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1940.
Fue exorcista de la diócesis de Xalapa entre 1987 y 1995.
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