Ante cientos de fieles de Tuxtepec, Oaxaca, entre ellos representantes de las comunidades mazateca y chinanteca, así como decenas de fieles de Tuxtla Gutiérrez, Monseñor José Alberto González Juárez recibió de manos de Monseñor Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en México, la ordenación episcopal como nuevo Obispo de Tuxtepec.
Al término de la celebración, en la que participaron varios obispos, Monseñor González Juárez saludó a todos con alegría, especialmente a los indígenas, a los pobres, a los migrantes, a los enfermos y a los presos, así como a los seminaristas, clérigos, personas consagradas y laicos, a quienes agradeció su entrega e invitó a seguir adelante en la misión y el servicio, fieles siempre al Señor. A las autoridades civiles les reiteró el compromiso de la Iglesia de colaborar en el bien de todos los ciudadanos, particularmente de los más pobres. De modo especial, agradeció a su madre y familiares; dirigió un pensamiento a su padre y hermanos difuntos, y encomendó a Tuxtepec a la intercesión de san Juan Bautista.
En la homilía, Monseñor Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey, compartió algunas reflexiones sobre el ministerio episcopal, desarrollando tres ideas básicas, basándose en la oración consecratoria y en la Palabra de Dios: la unción del Espíritu para la misión, la pertenencia entrañable a Jesús y la misión de santificar a la Iglesia para bien de la humanidad. Y comentó: “Ungido por el Señor, unido a Él para dar frutos, para santificar a la Iglesia, esa será la tarea de nuestro querido Padre Beto, obispo de Tuxtepec”.
“Bienvenido al Colegio episcopal cum Petro et sub Petro. Con el sucesor de San Pedro y en obediencia a Él”, concluyó en su Homilía el Arzobispo de Monterrey.
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