Prioridades del Papa Francisco

Al denunciar la Iglesia al sacerdote pederasta Eduardo Córdova ante la Procuraduría de Justicia de San Luis Potosí, corroboró la decisión del Papa Francisco de llevar ante la autoridad civil a los curas que cometen abusos sexuales con niños y desterrar la opacidad acostumbrada en esos casos.

Previamente, el 23 de abril la Santa Sede separó del sacerdocio a Córdova Bautista (suspensión ”a divinis”) tras investigar las quejas por abuso sexual contra muchos niños potosinos, recabadas desde 1998, y el presidente del Colegio de Abogados Católicos, Armando Martínez Gómez dijo que se pidió la acción penal contra el ex cura.

El tema es una de las prioridades que planteó Francisco en la entrevista que concedió a los enviados a su viaje a Tierra Santa, durante el vuelo de regreso a Roma el 26 de mayo.

Calificó de gravísima la pederastia de los curas a menores. “Los sacerdotes que hacen esto traicionan el cuerpo del Señor porque deben llevar a este niño o a esta niña a la santidad; los niños confían en ellos, y en vez de llevarlos a la santidad, abusan de ellos”.

Sobre la paz estable en Jerusalén, dijo que “la Iglesia Católica ya estableció su posición desde el punto de vista religioso: Ciudad de la paz y de las tres religiones”, y recomendó una negociación total (incluidos el territorio y las relaciones) “con honestidad, fraternidad y mucha confianza”.

En cuanto al celibato sacerdotal, dejó la puerta abierta al cambio, y aclaró que no se trata de un dogma de fe, sino “de una regla de vida, que aprecio mucho y que es un don para la Iglesia”.

De la comunión a los divorciados que se vuelven a casar, expresó que le disgusta digan que el Sínodo que se prepara será para dar tal paso, “como si todo se redujese a casuística”. Se inclina más bien por estudiar muy bien el punto, tomando en cuenta la crisis mundial de la familia y el matrimonio y que los jóvenes ya no quieren casarse sino sólo convivir.

Respecto a reformar la Curia Romana, Francisco expresó que estudia los posibles cambios la Comisión Consultiva de 8 cardenales que nombró y preside el Arzobispo de Honduras Andrés Rodríguez Madariaga, como englobar algunas de las congregaciones, comisiones, consejos o dicasterios, para reducirlos y “aligerar la organización”.

Su Santidad ha señalado varias veces que debe estudiarse el lugar especial que la Iglesia debe dar a la mujer, pero no que pueda haber  sacerdotisas, como en otras religiones. Las activistas sobre el particular no han armado manifestaciones ni escándalos.

Quizá sea porque ven en el Papa propósitos decididos de renovar la Iglesia, no modificarla de raíz, porque sería indebido, sino adaptarla lo más posible al mundo actual.

Debe tomarse en cuenta que hay muchas resistencias internas en la Curia romana y en la Iglesia misma y diversidad de demandas al respecto y todo ha de ponderarse, sobre todo sin pisotear principios esenciales, porque se desea una apertura ante el indiferentismo religioso, el agnosticismo y el relativismo que cunden y que cada día los templos se ven más vacíos.

En su primera gran entrevista periodística (a la revista jesuita “La Civiltá Cattólica” en septiembre de 2013), Francisco advirtió que preferiría pensar bien las reformas que impulsará, pues cuando fue superior de la Compañía de Jesús en Argentina cometió unos errores por su precipitación, juventud e inmadurez.

Eso es plausible, pues es responsable de conducir la barca de Pedro, que según cálculos recientes tiene 1,190 millones de fieles en el orbe (el 17.18 por ciento de la población mundial (6,454 millones): 0.75 por ciento en Oceanía, 12 por ciento en Asia, 13.4 por ciento en África, 23.2 por ciento en Europa y 50.6 por ciento en América.

Como Francisco pide difundir mejor el Evangelio en los propios países y “en la periferia”, la Congregación para la Evangelización de los Pueblos atribuyó gran responsabilidad a los sacerdotes en preparar la catequesis y homilías dominicales para que inculquen a los fieles mensajes que inspiren su vida.

Los ministros han de imitar a los misioneros que difundieron el Evangelio en todo el mundo con grandes sacrificios, y defender la religión ante creencias equivocadas que se expanden con celeridad en nuestro tiempo.

O sea, ya no caben los curas comodinos, ni los “de misa y olla”, como dicen en mi pueblo.

@yoinfluyo

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