Gabriel Freyre es el autor de un libro sobre las diferentes imágenes e íconos de la Virgen María en México, y uno de los rincones donde se hallaban cada una de las 60 advocaciones de María, los recorrió en dos ruedas. Freyre es argentino, pero en su interior se identifica fuerte con los mexicanos, poco a poco vamos descubriendo que este trabajo es poco usual.
El autor de “La Compañía de María” Iconografía Célebre de México salió de su país a la edad de 18 años y ha recorrido todo el Continente en su bicicleta y desde siempre ha sido devoto de Nuestra Señora, aunque en un principio con una cercanía heredada. Al llegar a nuestro país buscaba esos vínculos que supondrían lazos con la Virgen, bastante autóctonos, en vista de su observación en zonas del sureste, impresión que al adentrarse en la vivencia mariana del país se modificó.
La idea original del libro era escribir un libro de cinco advocaciones de toda América, pero el resultado fue una obra de dos tomos sólo de México, escritos en año y medio. Al recorrer cada pueblo en busca de alguna imagen y su historia, sus habitantes le comentaban de otra y dirigía su interés hacia otro lugar desconocido, la información sólo documental era más bien escasa, pero los datos abundantes.
Encontró que las comunidades en cierta forma se adueñaban de las imágenes y que en ocasiones no se podían encontrar en el Templo, sino yendo de casa en casa, visitando y consolando a sus hijos, pero a veces no era fácil que la dejaran regresar.
Le llaman fuertemente la atención algunas historias que comenta con este medio, por ejemplo, la Virgen de la Bala, una imagen que llegó a ser muy importante, tiempo después un sacerdote la encontró empeñada en un Monte de Piedad, ahora se encuentra en el templo del Señor de la Cuevita, en Iztapalapa, D.F., que es hoy la sede de la VII Vicaría Episcopal de la Arquidiócesis de México y poco a poco recupera devotos.
Entre otras imágenes célebres se encuentran Nuestra Señora de los Milagros en Tlaltenango, Nuestra Señora de los Remedios en Naucalpan, la Virgen de Zapopan, la Virgen de Juquila, Nuestra Señora de la Soledad, todas las imágenes siempre tuvieron buena acogida por parte de los naturales y varias de estas han sido trascendentes para la misma historia de México.
Comenta que aún ahora probablemente en ningún país del mundo se le tenga tanto cariño a la Virgen como en México, en especial por las personas sencillas de comunidades como Michoacán que le hablan con mucha ternura, “a mi madrecita”, o con otras palabras, de las cuales él mismo ha aprendido.
Gabriel Freyre dice que en el tiempo en que escribió el libro su devoción “se perfeccionó”, ya que en esta época, quizás en ocasiones no se encuentra a las personas adecuadas que nos ayuden a comprender ciertas cosas, como que se duda, pero subraya que su amor a Jesús y a la Virgen “hoy es más puro”.
Y como un mensaje a los mexicanos nos dice: “noto por lo general de que ustedes no se dan cuenta de la magnitud de tener a Nuestra Señora de Guadalupe en México, porque Nuestra Señora eligió aparecerse aquí, y ustedes están mirando para fuera cuando es el mundo quien tendría que estar mirando hacia ustedes… tienen un gran privilegio que a veces no se dan cuenta, como que es algo normal para ustedes, pero habría que valorarlo un poquitito más”. Tampoco hay que olvidar que cada pueblo en México se congregó en torno a un santo o a una advocación mariana eligiéndolos como sus Patronos.
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