La situación pastoral, administrativa y financiera de la Iglesia caldea está llena de “sombras”, y una de ellas es el auto-replegamiento sobre sus propios intereses, que indica que “la crisis motivacional y espiritual se vió incrementada al máximo, con la difusión de la cultura digital”. Está consideración, cargada de implicaciones, y aplicable a todos los contextos, fue expresada por el Patriarca caldeo Louis Raphael I Sako en su ponencia de ayer, jueves 22 de septiembre, con motivo de la apertura de los trabajos del Sínodo anual de los obispos caldeos, que está en curso estos días en Ankawa, barrio de mayoría cristiana de Erbil, capital de la Región autónoma del Kurdistan iraquí.
En lugar de exaltar, a priori, la red digital como algo positivo, el Patriarca observó que los medios sociales se convirtieron en un instrumento privilegiado para alimentar controversias y acusaciones contra y dentro de la Iglesia, siguiendo “agendas” controladas por grupos de interés.
En su intervención, recibida en la Agencia Fides, el Patriarca delineó las muchas sombras pero también las luces significativas que marcan la condición de la iglesia caldea en el momento presente, caracterizado por la situación de violencia, sectarismo e inestabilidad política que continúa afligiendo al pueblo iraquí desde hace años.
Entre los factores de crisis y malestar relativos a la dimensión pastoral, el primado de la iglesia caldea también aludió al caos causado por los sacerdotes y religiosos que en los últimos años abandonaron sus diócesis o sus monasterios sin el consentimiento de sus superiores, emigrando al extranjero –a menudo llevándose con ellos sus propias familias de origen– para garantizarse condiciones de vida más cómodas. El perpetuarse de este fenómeno –dijo el Patriarca– también revela la inadecuada formación que recibieron estas personas.
En este sentido, el Patriarca expresó su deseo de que se multipliquen las ocasiones para proporcionar a los sacerdotes iraquíes criterios de orientación y discernimiento espiritual, incluso a través de encuentros e intercambios de visitas con sacerdotes y formadores que viven y trabajan en otros países. En cuanto al aspecto financiero, el Patriarca denunció los episodios de “corrupción financiera y administrativa” que se vieron involucradas a parroquias e instituciones de la iglesia. En cuanto a la ayuda a los refugiados, el Patriarca remarcó la diferencia entre las parroquias que hicieron “un trabajo enorme para ayudar a todas las familias desplazadas, sin ningún tipo de discriminación” y las que “no han prestado atención” a este problema.
@voxfides
comentarios@yoinfluyo.com
