El pasado 12 de enero de 2015 el Papa Francisco emprendió un nuevo viaje apostólico y en esta ocasión visitó Sri Lanka y Filipinas, con el fin de promover la paz y la buena convivencia entre religiones, respetando las creencias religiosas de cada uno.
Llegó a Sri Lanka el 13 de enero, en donde el 70 por ciento de su población es budista y tan sólo el 8 por ciento son cristianos, país que sufrió por 26 años una guerra civil entre cingaleses y tamiles.
Tras su llegada se realizó una ceremonia de bienvenida y mencionó que no es una tarea fácil consolidar la paz en un país en el que prevalece la desconfianza y la injusticia de un conflicto civil de años atrás.
Más tarde tuvo un encuentro interreligioso con las cuatro comunidades religiosas de mayor importancia en el país: budista, hinduismo, islámica y cristiana, a quienes invitó a ir en contra de la violencia y a no permitir que las creencias religiosas sean una justificación para la guerra y la violencia.
Al día siguiente el papa presidió la Santa Misa en la que canonizó al beato José Vaz, quien es ahora el primer santo de Sri Lanka. El Papa mencionó que san José Vaz nos muestra la importancia de ir más allá de las divisiones religiosas en el servicio de la paz. Su ejemplo es fuente de inspiración para la Iglesia.
Más tarde se reunió en el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Madhu en donde encomendó al pueblo de Sri Lanka a la Virgen y dijo que ella es la madre de todo hogar, de toda familia herida, de todos los que están tratando de volver a una existencia pacífica.
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