El Papa Francisco se reunió con el presidente palestino Mahmoud Abbas tras su peregrinar en Tierra Santa, donde extendió su discurso a autoridades palestinas y miembros del cuerpo diplomático sobre los conflictos que se viven desde hace decenios en Medio Oriente, exhortándolos a poner fin a esta situación y a redoblar esfuerzos para crear las condiciones necesarias de paz.
“Desde lo más profundo de mi corazón, manifiesto mi cercanía a cuantos sufren en mayor medida las consecuencias de este conflicto, deseo decir que, por el bien de todos, ya es hora de poner fin a esta situación, que se hace cada vez más inaceptable”, dijo.
“Ha llegado el momento de que todos tengan la audacia de la generosidad y creatividad al servicio del bien, el valor de la paz, que se apoya en el reconocimiento, por parte de todos, del derecho de dos Estados a existir y a disfrutar de paz y seguridad dentro de unos confines reconocidos internacionalmente”, mencionó con firmeza el Papa en su discurso.
Enfatizó que estos acuerdos de paz traerán consigo incontables beneficios para los pueblos de esta región y para todo el mundo y por ello es necesario encaminarse con determinación a renunciar a los temas que generan esos conflictos.
“Animo a los pueblos palestino e israelí, así como a sus respectivas autoridades, a emprender este feliz éxodo hacia la paz con la valentía y la firmeza necesaria para todo éxodo. La paz basada en la seguridad y la mutua confianza será el marco de referencia para establecer y resolver los demás problemas, dando un desarrollo equilibrado, que sirva de modelo para otras áreas en crisis”, señaló el Sumo Pontífice.
Después se pronuncio con afecto a la activa comunidad cristiana que habita en estos pueblos en conflicto, su significativa contribución al bien común de la sociedad y que participa de las alegrías y sufrimientos de todo el pueblo.
Posteriormente se refirió al presidente Abbas como hombre de paz, indicando que espera que crezcan para bien las relaciones entre la Santa Sede y el Estado Palestino, expresando el aprecio por el compromiso de elaborar un acuerdo entre las partes, que contemple diversos aspectos de la vida de las comunidades católicas del país, con una atención especial a la libertad religiosa, el derecho humano fundamental de la paz, de la hermandad y de la armonía que son necesarias para encontrar un buen acuerdo entre culturas y religiones diferentes.
”Señor Presidente, queridos hermanos reunidos aquí en Belén, Dios omnipotente los bendiga, los proteja y les conceda la sabiduría y la fuerza necesaria para emprender el precioso camino de la paz, para que las espadas se transformen en arados y esta Tierra vuelva a florecer en la prosperidad y en la concordia. ¡Salam!”
Ese mismo día, después del rezo del Regina Coeli, al concluir la Santa Misa, el Papa Francisco invitó a los mandatarios del Estado de Palestina y de Israel a rezar con él por la paz, en su casa en el Vaticano.
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