Este domingo es la Fiesta de la Divina Misericordia

El próximo domingo, que corresponde al II de Pascua se celebra la Divina Misericordia. Una fiesta instituida por el Papa San Juan Pablo II en el 2000, año del Gran Jubileo, al ordenarlo así en la ceremonia de canonización de Santa Faustina Kowalska, apóstol de la Misericordia, quien recibió las revelaciones de Nuestro Señor acerca esta devoción.

Aunque Santa Faustina recibió revelaciones privadas no es la primera vez que este tipo de revelaciones tiene un efecto en la liturgia de la Iglesia, como ha ocurrido de manera similar respeto de la fiesta de Corpus Christi o del Sagrado Corazón de Jesús. 

No obstante las lecturas y el Evangelio que se proponen para dicha fiesta son las mismas que ya se utilizaban con anterioridad, sin embargo está profundamente vinculadas con la naturaleza de la fiesta, de hecho el Evangelio que se proclama es aquel en el que Jesús les otorga a sus apóstoles la potestad de perdonar los pecados y su diálogo con Santo Tomás, que se negaba a creer en la Resurrección.

Jesús dijo a Santa Faustina, “Quiero conceder un perdón completo a las almas que irán a la Confesión y a la Santa Comunión en la Fiesta de Mi Misericordia”, y para tal efecto la Iglesia concede la indulgencia plenaria conforme al decreto correspondiente.

En dicho decreto se lee: “Se concede la indulgencia plenaria, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) al fiel que, en el domingo segundo de Pascua, llamado de la Misericordia divina, en cualquier iglesia u oratorio, con espíritu totalmente alejado del afecto a todo pecado, incluso venial, participe en actos de piedad realizados en honor de la Misericordia divina, o al menos rece, en presencia del santísimo sacramento de la Eucaristía, públicamente expuesto o conservado en el Sagrario, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús misericordioso (por ejemplo, “Jesús misericordioso, confío en ti”).

Se concede la indulgencia parcial al fiel que, al menos con corazón contrito, eleve al Señor Jesús misericordioso una de las invocaciones piadosas legítimamente aprobadas.”

En vista de lo anterior todos los fieles tenemos una maravillosa oportunidad para como dice el Papa Francisco, para “participar de la fiesta de los perdonados”. Jesús nos invita a no tener miedo de acudir a su Misericordia sin importar los graves o abundantes que sean nuestros pecados porque su Misericordia siempre será aún mayor.

Con información de ACI Prensa y vatican.va

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