Jerusalén.- Como parte del segundo día de su gira por Tierra Santa, el Papa Francisco sostuvo el domingo un histórico encuentro con el patriarca ecuménico de la Iglesia Ortodoxa, Bartolomé I, frente al Santo Sepulcro.
El Santo Padre recordó que tal y como lo hicieron sus predecesores hace 50 años, es posible caminar hacia la unidad, para luego destacar que la violencia y la persecución contra los cristianos hace que cada vez estén más unidos.
"Debemos pensar que, igual que fue movida la piedra del sepulcro, así pueden ser removidos todos los obstáculos que impiden aún la plena comunión entre nosotros”.
En tanto, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla reconoció que el fanatismo religioso aún amenaza la paz en muchos lugares donde el don de la vida es sacrificado en el altar del odio religioso. “En vista de tales condiciones, el mensaje de la Tumba vacía es claro y nos urge a amar al otro, al distinto, a los creyentes de otra fe o confesión”, refirió.
El encuentro fue muy significativo, ya que por primera vez un Papa y un Patriarca rezaron en público el Padre Nuestro, primero en italiano y después en griego.
Los sucesores de Pedro y Andrés fueron también juntos al Santo Sepulcro. En la pequeña capilla, besaron la piedra y rezaron en la tumba de Jesús, y encendieron además una vela. Después subieron juntos a la Capilla de la Crucifixión custodiada por los greco-ortodoxos. Ambos se arrodillaron y tocaron la piedra del Calvario, el lugar donde Cristo fue crucificado.
A la salida de la Basílica, el Papa y el Patriarca Ecuménico saludaron a los peregrinos y a las autoridades. Posteriormente, ambos jerarcas religiosos sostuvieron un encuentro privado en el Huerto de Getsemaní.
El Pontífice pisó la ciudad santa tras viajar desde Belén a Tel Aviv en un helicóptero jordano y subirse a otro israelí, luego del protocolario recibimiento por parte del presidente de Israel, Simón Peres, y el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
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