Una delegación de 150 líderes religiosos, representativos de las siete religiones principales en Corea del Sur, realizó una breve visita a Corea del Norte, el 10 y 11 de noviembre.
El grupo cruzó la “Cortina de Bambú” y subió al Monte Kumgang, donde se localiza el templo budista Singyesa, fundado en el año 519. El templo fue destruido durante la Guerra de Corea (1950-1953) por los bombardeos estadounidenses; pero en el año de 2004 fue reconstruido, gracias a un proyecto entre las dos Coreas.
Fue en este lugar donde las delegaciones religiosas de las dos Coreas celebraron su reunión, el objetivo fue el de “orar juntos por la paz y la estabilidad en la Península Coreana”. El acto es “especialmente significativo”, ya que por primera vez los líderes religiosos de las dos Coreas se reúnen desde que llegó al poder en Seúl (Corea del Sur) el presidente Park Geun-hye.
Pyongyang (Corea del Norte) había recibido en los últimos días la visita de dos delegaciones cristianas: la Asociación de Sacerdotes Católicos por la Justicia (CPAJ), que celebró una misa en la capital de Corea del Norte; y la segunda, de una delegación perteneciente al “Foro Ecuménico para Corea”, iniciado por el “Consejo Mundial de Iglesias”, que visitó los dos únicos lugares de culto cristianos que se encuentran en Pyongyang: las iglesias católica y protestante de Changchun.
Un miembro de la delegación dijo que, según funcionarios del régimen de Corea del Norte, unas 200 personas se reúnen todos los domingos en la iglesia católica para la liturgia, aunque sin la Eucaristía.
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