El sábado 11 de julio, como parte de la agenda del Papa en Paraguay, sostuvo un encuentro con los representantes de la sociedad civil en el Estadio León Condou del Colegio San José, en Asunción. En su discurso respondió algunas preguntas que le hicieron llegar y expresó que al ver al pueblo paraguayo renovaba su esperanza en el Señor. Además alentó a los presentes a tomar como propias las respuestas y decir: “El Papa lo ha dicho para mí”.
Al caer la tarde se reunió con los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y movimientos católicos en la Catedral Metropolitana de Asunción para el rezo de las vísperas, en el que expresó sentirse feliz de verlos reunidos y los exhortó a cooperar por el bien común.
Para el domingo, el Obispo de Roma visitó la población Bañado Norte en donde dijo a los fieles reunidos en la parroquia de la Sagrada Familia que no podía irse sin visitarlos y como palabras de aliento los invitó a no perder la fe a no ser un pueblo sin hermanos, sin Jesús.
Posterior a esta reunión celebró una Santa Misa en el Campo Grande de Ñu Guasu. Aquí, frente a un millón de feligreses, durante su homilía habló a los fieles sobre la hospitalidad con el hambriento, con quien lo necesite, así como lo hace la Iglesia con quien está en dificultad.
Como última actividad de su viaje pastoral en Paraguay, se reunió con los jóvenes, en donde escuchó sus testimonios y alentó a seguir el ejemplo de ellos: pedir un corazón libre, ser servidores de quien nos necesita y mantener la esperanza, y con ello hacer lío pero bien organizado.
Al término del encuentro con los jóvenes, se dirigió al aeropuerto para tomar su vuelo de regreso al Vaticano.
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