El pasado 10 de julio el Papa Francisco llegó a Asunción, capital de Paraguay, como última escala de su Viaje Apostólico por Sudamérica, nación que lo recibió con los brazos abiertos en el aeropuerto internacional Silvio Pettirossi, en donde lo esperaba el presidente Horacio Cartes.
Como parte de la folklórica bienvenida los niños del coro de la asociación territorial: pueblos originarios del departamento de Caguasú entonaron la canción de Jesucristo en tres idiomas: aché, guaraní y español, y como sorpresa el Papa recibió el abrazo y cariño de los niños.
Desde la última visita de San Juan Pablo II, en mayo de 1988, hace 27 años, el Obispo de Roma se reunió con el Presidente Cartes, las autoridades y el cuerpo diplomático en el Palacio de López. Ahí escuchó las palabras de bienvenida del mandatario de Paraguay y felicitó al país por su destacado progreso como nación independiente, especialmente a las mujeres y exhortó a construir la paz día con día.
Al día siguiente, el Papa visitó el Hospital General Pediátrico “Niños de Acosta Ñu”, en donde cientos de peregrinos ya lo esperaban con gran entusiasmo. Como mensaje, dijo a los presentes que hay que aprender de los niños: a ser alegres, tener fortaleza y confianza como ellos que son grandes luchadores.
Más tarde, en la explanada del Santuario de Caacupé celebró la Santa Misa en presencia de miles de fieles, a quienes les dijo que se sentía como en casa a los pies de la Virgen de los Milagros de Caacupé.
También recordó el Evangelio sobre los momentos difíciles de María como madre, quien nunca perdió la fe y aceptó la voluntad del Señor, e invitó a todos a no temerle, porque en Él encontrarán la fuerza que necesitan.
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