PALABRAS DEL SANTO PADRE
EN LA NUNCIATURA APOSTÓLICA
Nunciatura apostólica (Bogotá)
Jueves, 7 de septiembre de 2017
Palabras improvisadas durante el encuentro con niños y personas con discapacidad
Buenas tardes y gracias, gracias por las cosas lindas, gracias por el baile, gracias por el canto, gracias por estar aquí todos. Muchas gracias.
María dijo una cosa tan linda, que lo humano se ve más cuando… repítelo … linda María, léelo, quiero que te escuchen de nuevo, sólo esta parte que te digo.
Niña: “Queremos un mundo en el que la vulnerabilidad sea reconocida como esencial en lo humano. Que lejos de debilitarnos nos fortalece y dignifica. Un lugar de encuentro común que nos humaniza”.
Todo esto es su mensaje, un mundo en que la vulnerabilidad sea considerada como la esencia de lo humano… Porque todos somos vulnerables, todos. Adentro en los sentimientos, tantas cosas que ya no funcionan adentro, pero nadie las ve. Y otras las ven, todos. Y necesitamos que esa vulnerabilidad sea respetada, acariciada, curada en la medida de lo posible, y que dé frutos para los demás. Somos vulnerables todos. ¿Linda María te animás a responder una pregunta? ¿quién es la única persona que no es vulnerable?
Niña: “Dios”.
¡Dios! Dios es el único no vulnerable, todos los demás somos vulnerables, en algunos se ve, en otros no se ve. Pero es la esencia de lo humano esa necesidad de ser sostenido por Dios, todos. Por eso no se debe, no se puede descartar a nadie, ¿está claro? Porque cada uno de nosotros es un tesoro, que se ofrece a Dios, para que Dios lo haga crecer según su manera.
Gracias por el testimonio que dan. Gracias por tu palabra.
Vamos, antes de irnos, vamos a rezar juntos un avemaría y les doy la bendición.
“Ave María…”
Y por favor no se olviden de rezar por mí porque yo soy muy vulnerable.
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