Durante el segundo día de actividad del Santo Padre en la noble tierra de Paraguay, visitó el hospital pediátrico de Acosta Ñu, además de celebrar la Santa Misa en el Santuario de la Virgen de los Milagros de Caacupé, que se encuentra a unos 45 kilómetros de la capital Asunción. Hacia las 16:30 se llevó a cabo un Encuentro con la sociedad civil.
A las 8:30 estaba programada la visita a los pequeños del Campo Acosta, Ñu en guaraní, es campo, por lo que Acosta Ñu, significa Campo Acosta. Platicó con un pequeño afectado por fibrosis quística, cuyo hermano ahora finado, también padeció dicha enfermedad. Con una fuerte lucha que afrontar fue internado en el hospital hace sólo unos cuantos días atrás, pero tuvo la dicha de conversar con el Papa, lo que será un aliciente en su batalla. Medios locales lo entrevistaron y se le oía feliz; además, comentó que es su padre quien llora al recordar que su hijo fue bendecido por Francisco.
También, el Papa pronunció un discurso en el que recordó que a Jesús le molestó que los discípulos alejaran a los niños de Él. “Algo parecido a nuestra expresión: se llenó de bronca”, mencionó que disfrutaba mucho de su compañía y que incluso los puso de ejemplo, ya que todos debemos hacernos como niños. Y dijo que los mayores debemos aprender de ellos: su confianza, alegría y ternura. Asimismo, comentó que para los papás o abuelos no debe ser difícil estar en ese sitio, pero que Jesús nunca se aleja de sus hijos, y les recomendó que “no duden en pedirle, no duden en hablar con Él, en compartir sus preguntas, dolores. Él está siempre, pero siempre y no los dejará caer”.
En la homilía de la Santa Misa en Caacupé, el Papa reflexionó sobre el pasaje evangélico de la Anunciación, donde el ángel le comunica que el Señor está con ella y que será madre del Hijo de Dios, lo cual no se tradujo en una serie de privilegios; de hecho, como profetizó Simeón, una espada le atravesaría el corazón. “Y vaya que se lo atravesó”, dijo el Papa.
Recordó tres momentos de profundo dolor: en el nacimiento de Jesús no había lugar para ellos, más que “una cueva de animales. Y en su memoria seguramente resonaban las palabras del Ángel: <<Alégrate María, el Señor está contigo.>> Y ella podría haberse preguntado <<Donde está ahora?>>”. Otro momento fue la huida a Egipto, donde incluso peligraban sus vidas; y finalmente la muerte de Jesucristo. “Contemplamos su vida y nos sentimos comprendidos, entendidos.” Ella intercede ante Jesús en las Bodas de Caná y acude con su prima para que no estuviera sola durante el parte, “Esa es nuestra madre, así de buena, así de generosa, así de acompañadora en nuestra vida.”
Por otro lado, resaltó cómo la mujer paraguaya sacó adelante a su patria sumergida “por una guerra inicua”. “Dios bendiga ese tesón, Dios bendiga y aliente la fe de ustedes, Dios bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América”. Ese mismo día se comunicó a los fieles que el Santuario de la Virgen de los Milagros de Caacupé era elevado al rango de Basílica, con todos los privilegios y concesiones que le corresponden por ese hecho.
Al término de la Misa, Francisco dejó Caacupé y volvió a Asunción, para tener un Encuentro con la sociedad civil, en el Estadio León Condu del Colegio San José, hacia la una treinta de la tarde. La presencia de los políticos en este evento no fue recibida con mucho beneplácito por la gente del país, creen que debían haber sido con la ciudadanía simple y llanamente. Cabe señalar que en general en los eventos donde se reconocían a personalidades políticas de Paraguay casi inmediatamente eran abucheados por varios de los que esperaban al Papa.
Así se dio el encuentro con el Papa donde respondió algunas preguntas hechas de antemano que leyeron algunas personas ante Francisco, de cuyas respuestas surgen ciertas ideas centrales, por ejemplo que hay que jugar limpio, pero dejarlo todo en la cancha, que los jóvenes son muy valiosos para que estén como anestesiados. También mencionó que le da cierto “moquillo” aquellos discursos grandilocuentes, pero cuando uno conoce a la personas, se puede pensar: “qué mentiroso eres”, por lo que recalcó que hay que llevar las cosas a lo concreto, a la práctica.
Asimismo, comentó que la identidad en un país, la base para un diálogo en el ámbito social es el amor a la patria, primero es el amor a la patria, y después mi negocio. Dijo que el diálogo no hay que iniciarlo con el prejuicio de que el otro está equivocado, sino con la apertura de escuchar a ver qué me puede aportar. “El diálogo no es negociar. Negociar es procurar sacar la propia tajada. A ver cómo saco la mía… Si vas con esa intención, no pierdas el tiempo”. Recordó que en el diálogo siempre habrá conflicto pero no hay que temerle.
Destacó que “el egoísta se excluye”, que “no hay excluir a nadie pero tampoco autoexcluirse” y que las ideologías terminan mal, preguntó en que terminaron las ideologías: “en dictaduras siempre, siempre… se piensa por el pueblo pero no dejan pensar al pueblo”. Y agregó que hay mucho que aprender de los pobres en humanidad o en solidaridad.
Subrayó que la economía debe tener rostro humano y que la nueva versión de la idolatría del becerro de oro, es nuestra actitud de “fetichismo frente al dinero y en la dictadura de la economía sin rostro.” Además señaló que es muy importante el respeto a la dignidad del otro, que la cultura no sólo son los elevados estudios sino que cultura son una infinidad de cosas, como el tejido de Ñandutí, tan prolijo en Paraguay.
Dijo que deben haber “juicos rápidos, nítidos”. Finalmente, también señaló lo nefasto que es el chantaje. “Si tú haces esto, te vamos a hacer esto, con lo cual te destruimos”. Agregó que el chantaje siempre es corrupción.
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