El 28 de octubre se conmemoró el 50 aniversario de la Declaración del Concilio Vaticano II Nostra aetate, sobre las relaciones de la Iglesia con las relaciones no cristianas. El Papa Francisco recordó que este tema estaba fuertemente en el corazón del beato Papa Pablo VI, que en la fiesta de Pentecostés del año anterior al final del Concilio había instituido el Secretariado para los no cristianos, hoy Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
Además mencionó que el Concilio Vaticano II ha sido un tiempo extraordinario de reflexión, diálogo y oración para renovar la mirada de la Iglesia Católica sobre sí misma y el mundo, exponiendo que Dios, quien se ha revelado en la creación y en la historia, por medio de los profetas y completamente en su Hijo hecho hombre se dirige al corazón y espíritu de cada ser humano que busca la verdad y los caminos para practicarla.
Papa Francisco: El mensaje de la Declaración Nostra aetate es siempre actual. Recuerdo brevemente algunos puntos:
La creciente interdependencia de los pueblos;
La búsqueda humana de un sentido de la vida, del sufrimiento, de la muerte, preguntas que siempre acompañan nuestro camino;
El origen común y el destino común de la humanidad;
La unicidad de la familia humana;
Las religiones como búsqueda de Dios o del Absoluto, en el interior de las varias etnias y culturas;
La mirada benévola y atenta de la Iglesia sobre las religiones: ella no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de bello y verdadero;
La Iglesia mira con estima los creyentes de todas las religiones, apreciando su compromiso espiritual y moral;
La Iglesia abierta al diálogo con todos, y al mismo tiempo fiel a la verdad en la que cree, por comenzar en aquella que la salvación ofrecida a todos tiene su origen en Jesús, único salvador, y que el Espíritu Santo está a la obra, fuente de paz y amor.
Concluyó haciendo énfasis en que el diálogo que se necesita debe ser abierto y respetuoso para que se revele fructífero, pidiendo colaboración entre cada individuo, hombre y mujer aún si no profesan alguna religión para que a través del diálogo se ayude a afrontar muchos problemas que afligen a la humanidad, dejando con ello un mundo mejor de cómo se conoce y también pidió oración por el futuro del diálogo Interreligioso, cada religión según su propia tradición.
Papa Francisco: Sin el Señor, nada es posible; con Él, ¡todo se convierte! Que nuestra oración pueda, cada uno según la propia tradición, pueda adherirse plenamente a la voluntad de Dios, quien desea que todos los hombres se reconozcan hermanos y vivan como tal, formando la gran familia humana en la armonía de la diversidad. Gracias.
Texto completo:
Queridos hermanos y hermanas:
Doy la bienvenida y agradezco a todas las personas y grupos de diversas religiones presentes en este encuentro para recordar juntos el 50 aniversario de la Declaración del Concilio Vaticano II Nostra aetate sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. Con este importante documento, la Iglesia manifestaba su aprecio y estima por los creyentes de todas las religiones y todo lo que de bueno y de hermoso hay en ellas. En estos últimos años han sido numerosas las iniciativas, las relaciones institucionales o personales con las religiones no cristianas, encaminadas a promover la amistad y la unión entre los hombres. El Señor desea que todos los hombres se reconozcan hermanos y vivan como tales, formando la gran familia humana en la armonía de la diversidad.
El mundo nos mira a nosotros los creyentes, nos llama a colaborar entre nosotros y con los hombres y las mujeres de buena voluntad que no profesan alguna religión. Es importante continuar con un diálogo interreligioso abierto y respetuoso, que ayude a conocerse más y afrontar juntos muchos de los problemas que afligen a la humanidad, como el servicio a los pobres, a los excluidos, a los ancianos, la acogida a los emigrantes, el cuidado de la creación, así como asegurar a todas las personas una vida más digna. Debemos dejar un mundo mejor de cómo lo hemos encontrado. Y para favorecer este diálogo lo más importante que hacer es rezar, la oración. Cada religión según su propia tradición. Con el Señor todo es posible.
Saludos
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los participantes en el V Congreso de la Fundación Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, que se celebra en Madrid, así como a los grupos venidos de España y Latinoamérica. Muchas gracias.
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