El viernes 27 de noviembre Su Santidad Francisco llevó a cabo la última jornada en Kenia, y emprendió el viaje hacia Uganda, segunda escala de su periplo por el Continente Africano.
Este día visitó el barrio de Kangemi, donde dijo sentirse como en casa y resaltó la “sabiduría de los barrios populares”, preferir el nacimiento a la muerte, ofrecer un lugar para el enfermo en la propia casa, la solidaridad, “donde comen 10 comen 12” y recordó que el camino de Jesús comenzó en las periferias. Por otro lado, subrayó las difíciles condiciones en las que tienen que vivir y la utilización que hacen las organizaciones criminales de los jóvenes de estos barrios, volviéndolos “<<carne de cañón>> para sus negocios ensangrentados”. No omitió señalar que es un derecho sagrado contar con las tres T, techo, tierra y trabajo.
En el evento con jóvenes de Kenia, mencionó que el espíritu del mal es el que nos lleva a la división, al tribalismo, a la muerte, pero siempre tenemos la capacidad de elegir. Sobre el tribalismo, dijo que es como tener las manos detrás con dos piedras, “si ustedes no dialogan, y no se escuchan entre ustedes, siempre va a existir el tribalismo, que es una polilla que va a roer la sociedad”. Reconoció además que no sólo en la política sino en todas las instituciones hay corrupción, incluso en el Vaticano, que ésta es como el azúcar, nos gusta pero acabamos mal, terminamos diabéticos o el país termina diabético y señaló que el corrupto nunca vive en paz, pero para cambiar la situación hay que empezar uno mismo.
Les recordó que le pidan a Jesús que derroten al tribalismo y otras dificultades, y respondiendo otras cuestiones de sus interlocutores, señaló que para evitar que los jóvenes sean reclutados por grupos extremistas es fundamental que tengan estudio y que tengan trabajo, además de rezar por él, por ese joven tentado, y no dejarlo solo. Hizo una confidencia a los muchachos, que siempre trae consigo el Rosario y el Vía Crucis, éste le recuerda que Jesús sufrió el fracaso de la Cruz, pero eso permitió la Resurrección. Así en las situaciones difíciles les recomendó que piensen en Cristo Crucificado, que alimenten la esperanza. Y dijo que Dios sólo tiene un defecto, “no puede dejar de ser Padre”.
A su llegada a Uganda, visitó la State House y se reunió con autoridades de ese país, en su intervención recordó a los mártires católicos y anglicanos como héroes nacionales que encarnan el mismo lema de Uganda: “Por Dios y mi país”. Que conmemorar el 50 aniversario de su canonización es el primer objetivo de su visita, pero espera que su presencia sea “signo de amistad, aprecio y aliento a todo el pueblo de esta gran nación”.
También señaló que quiere llamar la atención sobre África en su conjunto, sus sueños, aspiraciones, sus luchas y logros, y subrayó el hecho de que Uganda ha recibido con atingencia a muchos refugiados, en un tiempo en el que el mundo “es testigo de un movimiento de personas sin precedentes”. Y mencionó que la forma en que se trata a los migrantes “es una prueba de nuestra capacidad de humanidad”.
A los catequistas y maestros, con quienes se reunió con posterioridad, agradeció el empeño que ponen en su labor, les invitó a perseverar y les recordó que su trabajo es santo. Pidió a los Obispos y sacerdotes una formación doctrinal, pastoral y espiritual que les ayude cada vez más en su trabajo.
Les comentó que no sean sólo maestros sino también testigos y que vayan sin miedo a todo pueblo y ciudad del país, y que confíen en la promesa de Jesús de que volverán contentos “con gavillas de abundante cosecha”.
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