Transcurridas dos semanas de haberse llevado a cabo en Roma la Asamblea Plenaria de la Comisión Pontificia para América Latina, el 19 de marzo pasado el Papa Francisco envió un texto al Cardenal Marc Ouellet, presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, en la que abordó la importancia de la acción laical en la vida pública de los países latinoamericanos.
En dicho escrito, el Santo Padre refirió que los sacerdotes están continuamente invitados a mirar, proteger, acompañar, sostener y servir al santo pueblo fiel de Dios, ya que un pastor no se puede concebir sin un rebaño, yendo muchas veces por delante para marcar el camino, o detrás para que nadie se quede rezagado, o en medio para sentir bien el palpitar de la gente. “Nos hace bien (a los pastores) recordar que la Iglesia no es una élite de los sacerdotes, consagrados u obispos, sino que todos formamos el santo pueblo fiel de Dios”.
Externó que el clericalismo –ese deseo de señorear sobre los laicos– no sólo anula la personalidad de los cristianos, sino que tiene una tendencia a disminuir y desvalorizar la gracia bautismal que el Espíritu Santo ha puesto en el corazón de todos los fieles, a quienes muchas veces se intenta tratar como “mandaderos”, coartando sus iniciativas, esfuerzos e impulsos por llevar el Evangelio a todos los ámbitos del quehacer social y político.
El Papa Francisco abordó el tema de la inculturación de la religión en el pueblo latinoamericano, pidiendo confiar en su memoria y en su “olfato”, así como en el Espíritu Santo que actúa en las personas, mediante acciones que favorecen la integración de una cultura popular evangelizada, con valores de fe y solidaridad que pueden provocar el desarrollo de una sociedad más justa y creyente.
Explicó que los pastores deben alentar, acompañar y estimular todos los esfuerzos de los laicos por mantener viva la esperanza y la fe en un mundo lleno de contradicciones, espacialmente para los más pobres, trabajando con ellos, soñando con ellos, reflexionando y especialmente rezando con ellos. “No es nunca el pastor el que le dice al laico lo que tiene que hacer o decir, ellos lo saben tanto o mejor que nosotros. No es el pastor el que debe determinar lo que tienen que decir en los distintos ámbitos los fieles. Como pastores, unidos a nuestro pueblo, nos hace bien preguntarnos cómo estamos estimulando y promoviendo la caridad y la fraternidad, el deseo del bien, de la verdad y la justicia”.
Además, señaló que el laico no sólo es aquel que trabaja en las obras que se llevan a cabo en la Iglesia o la parroquia, sino cualquier bautizado, al que es necesario acompañar en su vida pública y cotidiana, sin genera una élite laical ni descuidar a ese creyente que muchas veces quema su esperanza en la lucha cotidiana por vivir la fe. “Estas son las situaciones que el clericalismo no puede ver, ya que está muy preocupado por dominar espacios más que por generar procesos”.
Aseguró que como pastores no se puede tener el monopolio de las soluciones para los múltiples desafíos que la vida contemporánea presenta. “Tenemos que estar al lado de nuestra gente, acompañándolos en sus búsquedas y estimulando la imaginación capaz de responder a las problemáticas actuales. Y esto se logra discerniendo con nuestra gente; nunca por nuestra gente o sin nuestra gente. Cómo diría san Ignacio, ‘según los lugares, tiempos y personas’. Es decir, no uniformizando… La inculturación es un trabajo de artesanos y no una fábrica de producción en serie de mundos o espacios cristianos”.
El Papa finalizó su texto dirigido al Cardenal Marc Ouellet hablando acerca de su reciente visita a México, donde tuvo oportunidad de orar frente a la Morenita del Tepeyac en la Basílica de Guadalupe. “En mi reciente viaje a la tierra de México tuve la oportunidad de estar a solas con la Madre, dejándome mirar por ella. En ese espacio de oración pude presentarle también mi corazón de hijo. En ese momento de oración, le pedí a María que no dejara de sostener, como lo hizo con la primera comunidad, la fe de nuestro pueblo. Que la Virgen Santa interceda por ustedes, los cuide y acompañe siempre”.
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