El Papa Francisco tuvo dos participaciones directas en el Encuentro Mundial de las Familias 2015, en Filadelfia, Estados Unidos, motivo principal de su viaje apostólico a aquella nación, la primera el sábado 26 de septiembre por la noche, durante la Fiesta de las Familias, y el domingo 27 al celebrar la Misa conclusiva del evento. El Arzobispo Charles Chaput, fue el anfitrión de Su Santidad en la ciudad.
El mismo sábado llegó a Filadelfia, la llamada ciudad del “amor fraternal” y cuna de la independencia de Estados Unidos, y como primer evento público celebró la Santa Misa con el clero de Pensilvania en la Catedral de San Pedro y San Pablo. En su homilía, el Papa resaltó la historia de la Catedral y mencionó que: “Me gusta pensar, sin embargo, que la historia de la Iglesia en esta ciudad y en este estado es realmente una historia que no trata sólo de la construcción de muros, sino también de derribarlos”.
Por otro lado, recordó la historia de Santa Catalina Drexel, quien al comentarle al Papa León XIII las necesidades de las misiones, fue cuestionada por el Papa con la pregunta: ¿y tú que vas a hacer? Lo que cambió radicalmente su vida. Este episodio lo aprovechó Francisco para hacer un llamado a una mayor participación de los laicos en la vida de la Iglesia, a ejemplo de Drexel. Asimismo, agradeció a los obispos, sacerdotes y religiosos por su respuesta a la pregunta: ¿y tú?, además les invitó a renovar “el estupor” del primer encuentro con el Señor.
En su intervención en la Fiesta de las Familias, en Benjamin Franklin Parkway de Filadelfia, escuchó los testimonios de familias del mundo entero, venidas de Australia, Nigeria, Ucrania, Jordania, Estados Unidos y Argentina. Además, la hija de Santa Gianna Beretta Molla leyó una carta de su madre. En la parte artística participaron personalidades como Aretha Franklin y Andrea Bocelli y como presentador el actor Mark Walhberg.
El Papa Francisco pronunció un discurso improvisado, el cual fue una catequesis que incluyó gran parte de la Historia de la Salvación, fue un anuncio preclaro. Dijo que todo lo bello, bueno y verdadero nos lleva a Dios, porque Dios es bueno, bello y es Verdad. Agradeció a todos los que dieron su testimonio, “un verdadero testimonio de que vale la pena la vida en familia”,
Recordó que en una ocasión un joven le preguntó qué hacía Dios antes de crear el mundo, el Papa confesó que le costó trabajo contestar, pero la respuesta fue: Amar. Y ese amor es tan grande que tenía que salir de si mismo, y ahí es donde creó el mundo, “esta maravilla en la que vivimos”; pero lo más bonito que creó fue la familia y todo lo que hizo lo entregó a una familia.
También mencionó que poco después se dio el primer fratricidio, la división, la guerra, y que nos toca decidir entre la guerra y el amor de Dios. Pero volviendo un poco atrás, mencionó que cuando nuestros padres cayeron, Dios no los dejó solos, Él empezó a caminar con ellos y cuando fue el momento maduro envió a Su Hijo y no lo mandó a un palacio o a hacer una empresa, sino que lo envió a una familia. Pensó en María, una jovencita que obedece y también recordó a San José que también obedece, que Dios viene a la familia con el corazón y las puertas abiertas.
Y mencionó que algunos podrían decir: “Padre, usted habla así porque es soltero”, y recordó que en la familia hay dificultades, que los hijos dan problemas, que nosotros también dimos problemas, y no quiso hablar de las suegras, que a veces “vuelan los platos”, que en la familia hay cruz pero también Resurrección, porque Jesús nos abrió ese camino. El Papa definió a la familia como una fábrica de esperanza. Aconsejó que nunca se termine el día enojados.
Como epílogo de esta participación mencionó que hay que cuidar a los niños y a los ancianos porque sin éstos falta la fuerza y la memoria. Tras unos minutos se despidió y citó a la Misa del siguiente día, y curiosamente preguntó a qué hora era la celebración.
En la Misa de Clausura del VIII Encuentro Mundial de las Familias, el Papa, comentando las lecturas de la Misa dominical, dijo en su homilía que en pasajes similares tanto Jesús como Moisés reprenden a sus colaboradores por su estrechez de mente. Y sin embargo subraya que para Jesús “lo intolerable es todo lo que destruye y corrompe nuestra confianza en este modo de actuar del Espíritu”. Agregó que poner en duda este actuar porque lo realizan los que no son de los nuestros, es un obstáculo a la conversión, y más aún, “una perversión de la fe”.
No obstante, la fe abre la ventana al Espíritu que nos muestra que la felicidad tiene que ver con los pequeños gestos de hogar, un saludo, un madrugar juntos, un plato caliente, etc. Y preguntó: ¿en casa se grita o se habla con ternura? Diciendo que esta es una buena forma de medir el amor. Muchos participaron en esta Misa, presentes había al menos un millón de personas y muchos más a través de los medios de comunicación. “Esto es ya en sí mismo algo profético”.
Al término de la celebración, Mons. Vicenzo Paglia presentó a una familia proveniente de Damasco, Siria, a la que se le entregó el Evangelio para que lo comparta en su país y el total de una colecta para que familias sirias puedan comprar gas para la calefacción en este tiempo que comienzan las bajas temperaturas. Mons. Paglia informó que el próximo Encuentro Mundial de las Familias será en Dublín, Irlanda, en el 2018.
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