Visita el Papa Francisco Prato y Florencia, en Italia

El Santo Padre Francisco este martes 10 de noviembre visitó las localidades de Prato y Florencia, en Italia. Partió en helicóptero a las 7 de la mañana desde el Vaticano con dirección a Prato, en cuya Catedral se guarda como reliquia el santo cinto de la Virgen, en esta escala el Papa dijo que estar ceñido es estar listo para salir, a no encerrarnos en la indiferencia.

En el Encuentro con el Mundo del Trabajo, recordó la tragedia ocurrida hace dos años, en la que cinco hombres y dos mujeres chinas murieron en un incendio porque debían pernoctar en su mismo lugar de trabajo. “¡Es una tragedia de la explotación y de las condiciones inhumanas de vida! ¡Y esto no es trabajo digno!” Y agregó: “si alguien se siente fatigado y oprimido por las circunstancias de la vida, confíe en nuestra Madre que está cerca y consuela ¡porque es Madre!”

Posteriormente viajó a Florencia en donde fue recibido por el Cardenal Arzobispo Giuseppe Betori, y se encontró con los Representantes del Congreso de la Iglesia Italiana, en la Catedral de Santa María de la Flor. Dicho Congreso se desarrolla con el tema “En Jesucristo el Nuevo Humanismo”.

El Papa mencionó que “sólo podemos hablar de humanismo partiendo de la centralidad de Jesús… No hay que domesticar el poder del rostro de Cristo, su rostro es la imagen de su trascendencia”. Señaló que hay que tener los sentimientos de Cristo, humildad, desinterés y bienaventuranza. Subrayó que no debemos obsesionarnos con el poder.

Recordó dos tentaciones de la Iglesia: por un lado, el pelagianismo, el no ser humilde, desinteresado o no tener bienaventurado, la norma da seguridad para sentirse superior a los demás; y por otro lado, está el gnosticismo, confiar tanto en el razonamiento y perder la ternura, no poner en práctica lo que se cree. Invitó a contemplar de nuevo el “Ecce Homo”, y no omitió recordar la necesidad de la inclusión de los pobres.

Más tarde dirigió el rezo del Ángelus, en la Basílica de la Anunciación de María, y saludó a los enfermos, atendidos por la obra Diocesana de Asistencia de Florencia; de ese lugar se trasladó a pie hasta la posada San Francisco Poverino, Obra de Cáritas, donde compartió los alimentos con un grupo de personas necesitadas usuarias del comedor. Se registró como uno más y comió con las personas del segundo turno. Esta obra es atendida por 50 voluntarios y el año pasado recibieron a más de 1,000 usuarios.

Finalmente, la Santa Misa presidida por el Santo Padre, que coincidió con la fiesta de San León Magno, Papa, se llevó a cabo en el Estadio Municipal Artemio Franchi y en su homilía manifestó que a “Jesús le interesa saber lo que piensa la gente no para contentarla, sino para comunicarse con ella”, y sus discípulos deben partir de la realidad de las personas, no desde sus propias ideas. Señaló además que “la Iglesia como Jesús vive en medio de la gente y por la gente”.

Y agregó que la verdad de la fe es una verdad que escandaliza, porque quiere creer en Jesús que siendo Dios se hizo siervo, muriendo en la Cruz, “es la verdad que todavía hoy escandaliza porque no se tolera el misterio de Dios impreso en el rostro de Cristo”. “Sólo desde el Corazón de Jesús podemos comprender, profesar y vivir Su verdad”. La homilía del Santo Padre partió del pasaje evangélico de la pregunta de Jesús: “¿quién dice la gente que soy yo?” Y la pregunta a sus discípulos: “¿y ustedes quién dicen que soy yo?” No omitió recordar que pidan por él.

El resto de la agenda de esta visita era la despedida de las autoridades y el retorno en helicóptero hacia el Vaticano.

 

 

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